Inteligencia Política y Estratégica
COVID 19
VACUNAS EXPERIMENTALES
AUDIO: https://youtu.be/lnRuK3YwQ-w
TEXTO (PDF): https://yadi.sk/i/l1PnsE_wqqARqA
1.
No, no es un
invento conspirativo. Las vacunas que se están aplicando masivamente en
nuestros países son experimentales. Este hecho tiene por sí mismo consecuencias
fundamentales, sobre las que es importante reflexionar.
2.
Evidentemente,
no nos estamos refiriendo al concepto administrativo según el cual las vacunas
dejan de ser experimentales en el momento en el que se autoriza su utilización
generalizada en la población.
3.
El que estas
vacunas son experimentales significa que, por razones de emergencia, se están
aplicando a la población sin cubrir las etapas de chequeo y contraste que
normalmente se hubieran exigido. Esto no es algo en discusión. Lo admite
expresamente la propia Organización Mundial de la Salud.
4.
Sin embargo,
dentro de este carácter “experimental” hay que destacar la especial relevancia
de este carácter en el caso de las vacunas contra el COVID 19 basadas en la técnica
del ARN-m (ARN “mensajero”). Se trata de una tecnología en sí misma
experimental y aplicada ahora en humanos por primera vez.
Veamos lo que dice al respecto la OMS:
“El método del ácido nucleico es una nueva técnica para
desarrollar vacunas. Antes de que comenzara la pandemia de COVID-19 ninguna
vacuna de este tipo había superado todo el proceso de autorización para poder
utilizarse en seres humanos, … Debido a la pandemia, la investigación en este
ámbito ha avanzado muy rápidamente y se ha otorgado autorización de uso urgente
a algunas vacunas de ARNm contra la COVID-19, lo que significa que ya se pueden
administrar a las personas y no solamente en el marco de la realización de
ensayos clínicos”[1].
5.
Más claro,
agua. Lo dice la propia OMS. ¿Cuáles son estas vacunas especialmente
experimentales? Pues las que conocemos como Pfizer y Moderna. No lo son las
restantes: Janssen, Sputnik V, AstraZeneca, Sinovac, etc.
6.
El carácter
experimental de estas vacunas es, en sí mismo, especialmente relevante y merece
un comentario detenido.
7.
Por un lado,
si tenemos en cuenta que consideramos que en nuestros países ha habido una “sobrerreacción”
ante esta epidemia, probablemente tendremos que considerar que también es una
reacción exagerada la distribución masiva de vacunas que no han superado la
fase de experimentación y contraste. De cualquier forma, la reflexión nos
llevará posiblemente a las razones geopolíticas que han llevado a nuestros
gobiernos a adoptar tres medidas extraordinarias básicas:
A)
La autorización de la utilización
masiva de nuevas vacunas aún en fase experimental (especialmente en el caso de
Pfizer y Moderna, que son “especialmente experimentales”).
B)
El destino de ingentes cantidades
de recursos para financiar a las empresas farmacéuticas la producción de estas
vacunas.
C)
La extraordinaria y sorprendente aceptación
por nuestros gobiernos de liberar a estas empresas de cualquier responsabilidad
por ineficacia o efectos secundarios que la utilización de estas vacunas
pudiera generar.
8.
Todo parece
indicar que detrás de estos extraordinarios movimientos latía la dimensión e
impacto de la epidemia en sí misma y también, fundamentalmente, la obsesión por
evitar a toda costa que la vacuna rusa Sputnik V fuese masivamente utilizada en
los países occidentales. Ya explicaremos en otro documento por qué Sputnik V
pudo adelantarse a las demás y las décadas de investigación y desarrollo
previos que lo hicieron posible.
9.
Por otro
lado, la constatación del carácter experimental de estas vacunas legitima la
prudencia y la desconfianza frente a ellas de nuestros ciudadanos. Y debería
también justificar la de nuestros responsables políticos. La posición obsesivamente
oficialista adoptada al respecto por “nuestros” medios es ridícula y
absolutamente carente de rigor.