LA RSE COMO INSTRUMENTO DEL NEOLIBERALISMO

1.     Aparentemente, todo parece positivo en el lenguaje propio de la responsabilidad social de la empresa. Por supuesto, que las empresas sean socialmente más responsables parece un importante activo en sí mismo.

2.     Sin embargo, es necesaria una mayor perspectiva para realizar una valoración de fondo más objetiva. Lo cierto es que el movimiento de impulso de la responsabilidad social de la empresa ha tenido una importante coincidencia en el tiempo con el período neoliberal y es muy posible que esto no haya sido una mera coincidencia.

3.     Las teorías de impulso de la responsabilidad social de la empresa se han desarrollado a la par que se debilitaba la actuación del Estado en la economía y, en general, el estado del bienestar de la posguerra.

4.     Lógicamente, esto puede tener dos perspectivas. Para algunos, puede argumentarse que la RSE surgió como una forma de resolver el vacío dejado por el Estado. Es evidente, por otro lado, que –aunque sea a nivel teórico- adjudicar a las empresas un determinado papel en la acción social es una base conceptual fundamental para apoyar las medidas destinadas a que el Estado se retire de estos ámbitos de actuación.

5.     Evidentemente, se trata fundamentalmente de una cuestión conceptual, en la medida en que la RSE de carácter “voluntario” ha sido, en la práctica, un significativo fracaso. Pero las consecuencias para el desarme del estado del bienestar hubiesen sido sensiblemente mayores si las empresas hubiesen efectivamente alcanzado un nivel significativo de implicación en el bienestar social.

6.     Hay un segundo aspecto de gran relevancia en este sentido. Se trata del impacto de la RSE sobre la influencia cultural e ideológica que las grandes empresas tienen en la sociedad.

7.     Este impacto es evidente cuando las grandes empresas destinan recursos, dentro de sus fines de “responsabilidad social” a subvencionar proyectos de investigación, actividades culturales, actividades sociales, publicaciones o incluso medios de comunicación. Pero también se detecta esta influencia cuando las grandes empresas se convierten simplemente en titulares o gestores de universidades o centros educativos, servicios sanitarios, servicios sociales, etc. A nadie se le escapa el enorme impacto cultural e ideológico del hecho de que este tipo de actividades sean gestionadas por los organismos públicos o –de forma directa o indirecta- por las grandes empresas privadas.

8.     El peso creciente de las grandes empresas en medios de comunicación, universidades, actividades culturales y sociales, ha sido un factor fundamental para su cada vez mayor peso social y político. Un peso que ha crecido a todo lo largo del período neoliberal y que ha marcado las líneas básicas de este modelo, en el que el avance de las grandes empresas se ha producido en paralelo al retroceso del Estado y de las organizaciones sociales y sindicales.

 

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