EL CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN COMO BASE DEL DESARROLLO
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1. Al contrario de lo que las tendencias oligárquicas
promueven, el crecimiento de la población no es un problema para el desarrollo
económico sino, al contrario, una base fundamental del mismo.
2. La perspectiva maltusiana se ha hecho
progresivamente dominante en Occidente de la mano de las doctrinas oligárquicas
que han considerado la supuesta “superpoblación” como un problema de seguridad
primero, medioambiental después o un grave riesgo para el cambio climático
finalmente. En el ámbito económico, ciertas doctrinas liberales han venido
considerando a los líderes empresariales como los protagonistas de la economía
mientras que tienden a contemplar a los trabajadores o los ciudadanos en
general más como una molestia o una carga que como el activo fundamental de la
actividad económica.
3. Las doctrinas maltusianas basadas en la
supuesta “sostenibilidad” tienen un gran éxito en la élite corporativa y ello
es, en sí mismo, un gran peligro para la humanidad.
4. La realidad es que desconocemos si existe un
límite para el número de seres humanos que pueden razonablemente habitar el
planeta. Y ello porque dicho número depende del avance técnico y tecnológico,
que es el que durante toda la historia de la humanidad ha incrementado de forma
continua nuestra capacidad de desarrollo.
5. En realidad, no se trata sólo de que el
desarrollo económico permita una mayor densidad de población sino que, en
sentido recíproco, una mayor densidad de población es un instrumento
fundamental para el desarrollo.
6. Uno de los fenómenos de mayor interés de la
historia de la humanidad es la repetidamente constatada aceleración del
desarrollo a lo largo del tiempo. No parece descabellado pensar que, muy
posiblemente, sea el incremento de la población el factor clave que ha hecho
posible que el desarrollo económico tienda a ser cada vez más rápido.
7. Este razonamiento se basa, fundamentalmente,
en dos factores clave:
a)
El impacto de las economías de escala sobre la eficiencia de la producción
y, por lo tanto, sobre el desarrollo económico
b)
La importancia que la creatividad de los seres humanos tiene sobre la
economía.
8. Como todos los empresarios saben, disponer de
un mercado potencial más amplio es una base fundamental para el lanzamiento de
cualquier nuevo producto o para la reducción de costes a través de las economías
de escala que proporciona la mayor cifra de ventas. Poblaciones mayores -y, por
lo tanto, mercados potenciales más amplios- son una base fundamental para un
mayor crecimiento económico.
9. Por otro lado, con frecuencia se olvida o se
desprecia el evidente impacto positivo del crecimiento de la población sobre la
creatividad y, como consecuencia de ello, sobre el avance técnico y científico.
10. Los teóricos
de la élite financiera tienden siempre a considerar a los habitantes de este
planeta como una “carga” y a alertarnos del peligro de “soportar” una carga digamos
de 10.000 millones de personas en lugar de 5.000 por ejemplo.
11. A estos teóricos del maltusianismo habría que
preguntarles por qué no han pensado cuántos Da Vinci, Leibniz, Newton o
Einstein puede haber entre esos miles de millones de habitantes a los que las élites
oligárquicas quieren renunciar. O, de forma más concreta, cuantos miles o
millones de pensadores, científicos o investigadores perdemos.
12. El ser humano, cada uno de los millones de
habitantes del planeta, es una auténtica maravilla de la naturaleza en cuanto a
su capacidad potencial de creatividad y de aportación al conjunto de la
humanidad. Si la población se duplica, se duplica el número de oportunidades de
que se produzcan avances técnicos y científicos que nos permitan a todos vivir
mejor, en un mundo más sostenible, más avanzado y más humano. También,
complementariamente, son estos avances los que nos van a permitir avanzar en la
exploración del espacio y en la extensión de esta creatividad a otros planetas.
13. No, no sobran habitantes en el mundo ni sobrarán en cualquier escenario futuro que podemos razonablemente prever durante este siglo. Más bien al contrario, políticas anti-natalistas de carácter maltusiano como las implantadas en Europa y Estados Unidos son una vergüenza para la humanidad y, probablemente, el mayor lastre para nuestro desarrollo económico a largo plazo.
“EL FUTURO DE EUROPA. Bases para un nuevo modelo”
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