LA ÉLITE CORPORATIVA ANTE EL AGOTAMIENTO DEL CAPITALISMO

El Futuro del Modelo de Desarrollo Europeo

LA ÉLITE CORPORATIVA ANTE EL AGOTAMIENTO DEL CAPITALISMO

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1.      La cuestión se plantea rápidamente ante los proyectos de reestructuración que, con la denominación Gran Reset o Gran Reinicio, están conformando las estrategias de la élite corporativa occidental cara al futuro próximo.

2.      Fácilmente observamos que estas estrategias no son una continuidad del modelo neoliberal que, en síntesis, intentaba volver al capitalismo de comienzos del siglo XX, corrigiendo las “distorsiones” creadas por el modelo de posguerra.

3.      En efecto, estos 40 años de neoliberalismo parecen haber demostrado la dificultad tanto de recuperar el modelo social de postguerra como de volver al capitalismo del siglo XIX como pretendía el neoliberalismo. Muchos neoliberales siguen en buena medida apostando por su modelo y argumentan que la falta de éxito del neoliberalismo se debe a la insuficiente aplicación del mismo o, si se prefiere, al excesivo peso que todavía mantiene el estado del bienestar en Europa.

4.      Sin embargo, no parece ser ésta la apuesta actual de la élite occidental. Tras 40 años de intentos fracasados y en una dinámica ya insostenible social, política y económicamente, las grandes corporaciones apuestan ahora por un nuevo modelo sin precedentes en la historia del capitalismo.

5.      En síntesis, este nuevo modelo no renuncia a la destrucción del estado del bienestar, pero parece entender que ello no es suficiente. El fracaso del neoliberalismo acredita la dificultad de dinamizar un modelo económico que ofrezca a los inversores capitalistas rentabilidades suficientes para mantener el desarrollo económico sin un constante y creciente sobre-endeudamiento.

6.       En cualquiera de los modelos que nos planteemos, el capitalismo se basa en el motor de los inversores capitalista que rentabilizan su inversión a través de actividades para las que contratan a trabajadores asalariados. Parece claro que no es el modelo por el que apuesta el Gran Reinicio.

7.      El neoliberalismo dio por supuesto que los problemas de falta de dinamismo del sistema se resolverían con más capitalismo. Pero ninguna de las medidas adoptadas durante estos años ha conseguido dinamizar suficientemente de forma estable la inversión capitalista. Y esto ha terminado situando a la élite corporativa ante un callejón aparentemente sin salida.  

8.      A pesar de que habitualmente tendemos a dar por supuesto que los grandes capitalistas deberían ser los grandes defensores del capitalismo, esto no tiene por qué ser así. Evidentemente, es el capitalismo el que les ha colocado en su actual posición de poder y riqueza. No obstante, ante un diagnóstico de agotamiento del sistema, las grandes corporaciones no tienen por qué apostar a toda costa por el modelo capitalista. Su finalidad no es defender el capitalismo sino su poder y su riqueza. Si piensan que el capitalismo está dando síntomas cada vez más claros de agotamiento, parece lógico que intenten diseñar un modelo alternativo que salvaguarde sus intereses.

9.      Frente a la tradicional dialéctica entre capitalismo y socialismo en la que el mundo se ha movido desde hace casi dos siglos, las corporaciones multinacionales parecen haber buscado una tercera salida. El modelo socialista amenazaba su poder y su riqueza y el modelo capitalista no parece ser ya capaz de mantenerse durante mucho tiempo más. La élite está denominando “capitalismo inclusivo” a esa tercera opción, pero parece más correcto denominarla “capitalismo corporativo” o “feudalismo corporativo”.

10. En este nuevo modelo se dejarán de priorizar los incentivos capitalistas y de mercado. Los resultados de las grandes corporaciones tendrán un carácter cada vez más monopolista y provendrán en buena parte de Estados directamente sometidos a las mismas y de ciudadanos que, en lugar de trabajadores asalariados y consumidores en régimen de mercado, irán progresivamente situándose en una posición comparable al vasallaje feudal, a partir de una restricción creciente de sus libertades civiles y de su capacidad de decisión económica. Todo ello apoyado también en la apropiación de una parte sustancial de las cuotas de mercado actualmente en manos de empresas pequeñas y medianas.