El Futuro del Modelo de Desarrollo Europeo LA INFLACIÓN COMO PRIMER PASO DEL PROCESO DE DESAPALANCAMIENTO

1.      Nos encontramos en un entorno de inflación interanual cercana al 6 %, niveles desconocidos desde hace tres décadas, y que responden a un doble origen:

a)     Los desajustes entre oferta y demanda generados por la recuperación de la economía tras el hundimiento sufrido en 2020, en el marco de las restricciones impuestas para hacer frente a la pandemia COVID-19.

b)     Las enormes inyecciones de expansión monetaria del BCE y la Reserva Federal de EEUU para hacer frente a la pandemia, desbordando las anteriores políticas, ya notoriamente expansivas.

EVOLUCIÓN DE LOS ACTIVOS DEL BCE. Billones EUR.


FUENTE: BCE / YARDENI RESEARCH

2.     La cuestión que nos interesa analizar es en qué medida este proceso inflacionario puede ser el primer paso del proceso de desapalancamiento financiero que Occidente necesita abordar dentro de la estrategia del Gran Reinicio diseñada por la élite corporativa.

3.     Ya sabemos que la inflación es, en sí misma, una de las estrategias que históricamente han sido utilizadas para despalancar economías muy endeudadas.

4.     En principio, para que una estrategia de desapalancamiento sea aceptable, debe reunir al menos los tres requisitos siguientes:

a)     ser potencialmente eficaz para conseguir el enorme desapalancamiento que necesita Occidente, y que hemos estimado en alrededor de un 200% sobre PIB.

b)     el desapalancamiento no puede destruir la riqueza de la élite corporativa, que es quien debe adoptar la decisión para la puesta en marcha del proceso

c)      debe ser una estrategia que evite la rebelión social a la que el sistema se arriesga casi con toda seguridad ante una reestructuración financiera tan drástica.

5.     Las experiencias históricas parecen acreditar la capacidad de los procesos hiperinflacionarios para aplicar procesos masivos de desapalancamiento. Veamos qué sucede desde la perspectiva de los intereses económicos de la élite corporativa.

6.     El proceso de desapalancamiento tiende a destruir el valor de depósitos bancarios e inversiones en renta fija. Dependiendo de cómo gestione el proceso el banco central, su impacto sobre el mercado de valores puede también ser destructivo. Todo esto puede ser inaceptable para las grandes fortunas. Sin embargo, las noticias que se han repetido a lo largo de todo el año apuntan a una constante y acelerada desinversión financiera de los grandes oligarcas occidentales para invertir en activos reales como inmuebles y tierras. Todo parece indicar que están dando por supuesto que, efectivamente, el colapso de la economía financiera (tanto las inversiones en renta fija como en acciones) es un escenario que identifican como más que probable a corto o medio plazo.

7.     Es decir que, si la élite corporativa entiende que ha salvaguardado un importe suficiente de su riqueza en activos reales, ello podría situarla en un contexto de aceptación de una estrategia hiperinflacionaria.

8.     El problema más complejo es, sin duda, el socio-político. La hiperinflación reduce rápidamente los niveles de endeudamiento pero a costa de destruir los ahorros y el nivel de vida de los ciudadanos. Esto significa que probablemente nos enfrentamos a una guerra sin cuartel cuya primera trinchera serán las continuas tensiones entre empresarios y sindicatos con respecto a la compensación de la inflación en los niveles salariales. Estas tensiones ya han empezado a manifestarse en toda Europa cara a la adecuación salarial para el año 2022, a pesar de que todavía nos enfrentamos exclusivamente a un alza de precios cercana al 6%[1].

9.     En un escenario de hiperinflación, el conflicto sociopolítico parece inevitable y esto puede explicar la necesidad de adopción previa de medidas extraordinarias de control de la población europea durante los próximos meses.

10.  Por otro lado, aunque la hiperinflación no sea la estrategia elegida para abordar el proceso de desapalancamiento, la inflación sí puede ser su desencadenante, precisamente como consecuencia de las medidas abordadas para hacer frente a la misma.

11.  Tanto la Reserva Federal como el BCE[2] han anunciado ya medidas de moderación de la expansión monetaria destinadas a contener el brote inflacionario, tanto de reducción de la expansión cuantitativa como de subidas de tipos de interés. Si estas medidas resultan insuficientes, el brote inflacionario podría evolucionar rápidamente hacia un proceso hiperinflacionario. Pero las medidas monetarias pueden ser eficaces para contener la inflación y, a la vez, encaminar la economía europea hacia un proceso de desapalancamiento basado en una recesión grave o en una depresión.

“EL FUTURO DE EUROPA. Bases para un nuevo modelo”
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[2] DECLARACIÓN DE POLÍTICA MONETARIA. CONFERENCIA DE PRENSA Christine Lagarde, presidenta del BCE, Luis de Guindos, vicepresidente del BCE Fráncfort del Meno, 16 de diciembre de 2021