EL RETO DE LA AMPLIACIÓN DE MERCADOS
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1.
Es bien
conocido cómo la evolución geopolítica de los años 90 fue fundamental para
facilitar la reactivación de la economía europea durante esa década. La caída
de la Unión Soviética hizo posible una extraordinaria apertura de nuevos
mercados en Europa central y oriental y en el conjunto de Rusia, y la apertura
al mercado de China abrió un mercado de cientos de millones de personas en
Asia.
2.
Lógicamente,
ante el estancamiento y riesgo de colapso actuales, la economía europea podría
plantearse la hipotética viabilidad de la repetición de esta estrategia, aplicada
periódicamente a lo largo de la historia del capitalismo.
3.
Sin embargo,
como vamos a ver, el contexto geopolítico plantea dificultades insuperables
para una estrategia similar. Por un lado, China y los mercados asiáticos han
aumentado constantemente su capacidad de producción y, en lugar de ser
oportunidades para la ampliación de mercados, obligan a la industria europea a
competir por defender su propio territorio.
4.
No existen ya
países autónomos sin industrializar que puedan ser transformados en nuevas
colonias o mercados. Al contrario, los países en desarrollo en los que Europa y
Estados Unidos han venido vendiendo sus productos, van poco a poco
desplazándose hacia el eje de influencia de los países emergentes (China y
Rusia en particular). Los mercados coloniales no son ya una estrategia válida
como ampliación de mercado para la economía europea.
5.
Si nos
atenemos a los referentes históricos, la opción teórica por la que se podría
decantar Occidente (Europa y Estados Unidos) podría ser una repetición de lo
que en su momento se hizo para hacer frente al reto de mercado planteado a la
economía anglosajona por el avance industrial alemán: a través de uno o varios
conflictos bélicos, destruir Alemania y hacerse con sus mercados (coloniales
primero y mundiales después).
6.
Con una
estrategia similar, Occidente –liderado por Estados Unidos- debería atacar
China, someter o destruir la industria de este país y hacerse con los mercados
asiáticos. Esto garantizaría varias décadas de desarrollo económico y
rentabilización de las inversiones para la economía europea. De alguna forma,
el Proyecto “Nuevo Siglo Americano” parecía apuntar en esta dirección desde una
perspectiva geopolítica. Pero ya sabemos que este proyecto, basado en la
desestabilización, destrucción y control de los países musulmanes autónomos,
puede ya darse por fracasado.
7.
En este
momento, el problema radica en que, por razones geopolíticas, esta estrategia
hoy no es razonablemente posible, por tres razones fundamentales
interrelacionadas:
a)
La capacidad
tecnológica-militar de Rusia
b)
La alianza de
hecho entre China y Rusia
c)
Cada vez más,
el rápido ascenso de China como potencia militar de primer orden.
8.
Aunque
existen sectores dentro de la élite corporativa occidental que siguen apostando
por una estrategia bélica contra China y Rusia como una vía necesaria para
resolver el colapso económico de Occidente, esto supondría finalmente una
guerra nuclear de consecuencias imprevisibles.
9.
Ante esta
situación, puesto que la ampliación de mercados externos no parece ser viable
en este momento, a las grandes corporaciones occidentales sólo les queda una
vía para la ampliación de mercados: hacerse con mayores cuotas de mercado
internas. Esto es, ampliar su mercado a costa de las cuotas de mercado de las
empresas pequeñas y medianas. Ésta es, en realidad, la estrategia que, mediante
procesos calificados como de “destrucción creativa” se plantea la élite
corporativa occidental a través del proyecto “Gran Reinicio”, a poner en marcha
aprovechando el contexto de la pandemia COVID-19.
“EL FUTURO DE
EUROPA. Bases para un nuevo modelo”
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