EL ERROR EUROPEO DE CONTRAPONER DESARROLLO Y SOSTENIBILIDAD
TEXTO (PDF): https://yadi.sk/i/OHdKGOg5I8_jiQ
1.
Aunque el término
“desarrollo sostenible” se haya generalizado en Europa, su interpretación
actual va más allá de la matización u orientación del desarrollo económico para
convertirse en una directa contraposición entre desarrollo y sostenibilidad.
2.
Esta
contraposición está teniendo implicaciones extremadamente negativas tanto para
el desarrollo económico como para la sostenibilidad medioambiental.
3.
Aparentemente
apoyada con entusiasmo por las corrientes neomaltusianas, los problemas energéticos
generados a nuestro continente por estas políticas están haciendo en la práctica
que las políticas medioambientales pierdan apoyo social e incluso colapsen. A
pesar de ello, el debate científico, económico y político europeo no acaba de
salir de esa falsa dicotomía.
4.
Europa debe
apostar por la defensa del medio ambiente a la vez que apuesta por el
desarrollo económico. Esto supone un esfuerzo constante de impulso de los
avances técnicos y tecnológicos que facilitan esa conjunción.
5.
Si nos
fijamos en las tecnologías actuales, parece claro que, si realmente pensamos
que el cambio climático antropogénico es tan dramático como afirmamos, rechazar
de forma radical la energía nuclear de fisión carece de sentido y está
generando impactos negativos tanto en el medio ambiente como en el desarrollo
económico europeo. Apostar realmente por el desarrollo sostenible supone, en
este ámbito, reforzar la apuesta europea por el avance tecnológico en la energía
de fisión nuclear, a través de opciones que reduzcan los riesgos y el problema
de los residuos, como son las centrales nucleares de torio o los reactores
modulares. A la vez que se apuesta por el desarrollo tecnológico que aumente,
dentro de lo posible, la eficiencia de las fuentes de energía renovable no
nuclear. Y también, por supuesto, intensificar los esfuerzos de investigación y
desarrollo para acelerar al máximo el tránsito hacia la energía de fusión
nuclear.
6.
De forma
expresa o tácita, hemos difundido entre nuestros ciudadanos y nuestros agentes
sociales, económicos y políticos las ventajas de “renunciar al desarrollo” como
un precio necesario de la defensa del medio ambiente.
7.
Pero
renunciar al desarrollo económico, o perder dinamismo en el impulso del mismo,
es extremadamente peligroso para Europa. Renunciar al desarrollo económico es,
en definitiva, renunciar al progreso y al avance social y supone introducirnos
en una dinámica autodestructiva de evolución imprevisible.
8.
El desarrollo
económico no se basa en producir obsesivamente más bienes y servicios sino en
maximizar nuestra capacidad productiva, a través del avance técnico y tecnológico,
de la formación o de las infraestructuras. El desarrollo nos puede permitir
consumir más bienes o consumir más servicios, pero también optar por aumentar
nuestro tiempo de descanso y ocio y, en definitiva, aumentar las distintas
opciones de mejora y avance humano y social. Europa
debe reconducir rápidamente esa contraposición autodestructiva e innecesaria entre
desarrollo y sostenibilidad.
“EL FUTURO DE
EUROPA. Bases para un nuevo modelo”
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