El Futuro del Modelo de Desarrollo Europeo POLÍTICA MONETARIA Y PRODUCTIVIDAD


1.      La relación entre política monetaria y productividad es, en cierta forma, bidireccional. Por un lado, la exigua y decreciente productividad europea ha empujado a la baja de forma persistente los tipos de interés naturales o de equilibrio, constituyendo un factor fundamental de la sistemática reducción de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, ante el riesgo de que tipos de interés más elevados estrangulen el dinamismo inversor.

2.      Por otro lado, un enfoque correcto de la política monetaria es fundamental para la evolución de la productividad en Europa. El Banco Central Europeo debe asegurar que los tipos de interés y la expansión monetaria aportan los recursos necesarios para financiar la inversión productiva por un lado y, por otro, para mantener la demanda en niveles suficientemente dinámicos.

3.      Sorprendentemente, algunos análisis[1] cuestionan incluso que una política monetaria excesivamente expansiva tenga efectos negativos sobre la productividad. Aparentemente, se trata de análisis elaborados en el contexto de la política monetaria crecientemente expansiva de la última década. En el informe de MODERY et al. (2021) parece comprensible que se llegue a este tipo de conclusiones, en la medida que se analizan exclusivamente los impactos de la expansión monetaria durante los años en los que dicha expansión se produce, pero –sorprendentemente- no se completa este análisis con el impacto sobre la productividad del período de “normalización” que necesariamente debe suceder en algún momento a la expansión monetaria. Si examinamos el impacto de la expansión exclusivamente desde el estallido de la crisis financiera hasta el ejercicio 2019, parece lógico que el impacto de estas políticas sobre la inversión sea positivo y que, de esta forma, el informe concluya que “los análisis empíricos no confirman los impactos negativos de la política monetaria sobre la productividad que se detectan en otros informes”.

4.      Sin embargo, la evidencia acredita los problemas generados por cualquier expansión monetaria que supere los límites de equilibrio, tanto del tipo de interés de equilibrio como del equilibrio cuantitativo. Por supuesto, si tenemos en cuenta el conjunto del ciclo de expansión-contracción monetaria[2].

5.      En síntesis, la política monetaria debe asegurar que las buenas inversiones disponen de suficiente financiación pero, si se aporta a la economía financiación por encima de sus necesidades de inversión y gasto, esto generará inevitablemente una sobrecarga de servicio de la deuda, el debilitamiento del sistema financiero e inversiones excesivas o ineficientes.

6.      Sin embargo, todo esto debe necesariamente interpretarse desde una perspectiva más depurada y siempre dentro del contexto de una política monetaria que sepa diferenciar netamente entre inversiones productivas, financiación del gasto social necesario y otro tipo de financiación.

7.      El impacto bidireccional de la relación entre política monetaria y productividad se manifiesta de forma radicalmente distinta en los tres casos anteriormente indicados.

En el caso de la financiación de las inversiones productivas, el resultado de las mismas incide directamente en el incremento de la productividad y también, lógicamente, en la demanda de dinero, compensando así el impacto del incremento de oferta monetaria destinado a este fin.

8.      La financiación de gasto o consumo socialmente no necesario puede tener interés exclusivamente en la medida que sea necesaria desde la perspectiva del impulso de la demanda por no ser suficiente el impulso de la demanda a través de la inversión productiva o de la financiación del gasto social.

9.      Como veremos, la capacidad de diferenciación de los destinos de la expansión monetaria –y de los tipos de interés- en función de su incidencia sobre la productividad de la economía está directamente relacionada con el entorno institucional. Es posible gestionarla directamente a través de un sistema de banca pública o bien a través de una regulación proactiva expresamente dirigida a este fin en el caso de un sistema de banca privada.

 

“EL FUTURO DE EUROPA. Bases para un nuevo modelo”
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[1] MODERY, W. et al. (2021) Key factors behind productivity trends in EU countries. p. 89-96 y 121. European Central Bank. Frankfurt am Main.

[2] Algunos análisis han avanzado en la idea de que tipos de interés real excesivamente bajos inciden negativamente en la productividad durante el propio período expansivo en la medida en que facilitan las inversiones menos productivas y reducen el impulso del conjunto de la economía hacia el crecimiento de la productividad. V. BERGEAUD, A; CETTE, G. y LECAT, R. (2019) The Circular Relationship Between Productivity Growth and Real Interest Rates. Banque de France.