LA IMPORTANCIA DEL DESPLIEGUE TECNOLÓGICO
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1.
A pesar de que
habitualmente relacionamos de forma excesivamente directa avance tecnológico con
incremento de la productividad, lo cierto es que, en realidad, las mejoras en
la productividad no se generan por los avances tecnológicos sino por el
despliegue de esos avances al conjunto de la economía.
2.
Esta
diferenciación resulta esencial para entender lo sucedido en Europa durante las
últimas décadas. Lo que se ha denominado “la paradoja de la productividad” nos
ha revelado la compatibilidad entre sustanciales avances tecnológicos
(fundamentalmente en el ámbito de las TICs) y una evolución decepcionante de la
productividad.
3.
Esto no
significa que la tecnología no impulse la productividad. Podemos identificar
dos factores clave al respecto:
A)
La necesidad
de que transcurra un cierto tiempo desde la fase de “instalación” en las
empresas de las novedades tecnológicas hasta la fase de “rentabilización” de
las mismas, a través de la consolidación y expansión de nuevos mercados, la
aceptación social generalizada y el tirón de la demanda. (VAN ARK, B. 2016)
B)
La
necesidad de que los avances tecnológicos no se limiten a las empresas punteras,
sino que se extiendan al conjunto de la economía.
4.
Todo
parece indicar que los avances tecnológicos se han venido difundiendo de forma
insuficiente y muy desigual al conjunto del tejido empresarial europeo. Las
empresas que han realizado fuertes inversiones tecnológicas han incrementado
sustancialmente su productividad, pero esto no ha sucedido con el conjunto de las
empresas.
5.
Veamos esta realidad aplicada al tejido económico
alemán:
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FUENTES DEL
CRECIMIENTO DE LA PRODUCTIVIDAD DEL TRABAJO |
 |
6.
Es
evidente que los esfuerzos en investigación básica y aplicada y en innovación
deben mantenerse y profundizarse. Pero son sólo una parte de las políticas de
avance tecnológico y de impulso de la productividad.
7.
La cuestión
clave es, por supuesto, cómo impulsar la difusión de las nuevas tecnologías al
conjunto de la economía. Las propuestas en este sentido no son coincidentes.
8.
Por un lado,
se tiende a plantear la necesidad de hacer frente a una excesiva concentración
del mercado que ha dificultado la difusión tecnológica, más en los Estados
Unidos que en Europa. (MODERY et al. 2021). También se ha apelado a la
conveniencia de impulsar fuentes de financiación más eficientes para las empresas.
Finalmente, el posible impacto en un menor incentivo inversor del incremento a
largo plazo de la intensidad de capital tiene soluciones más complejas, de carácter
institucional y que afectan al ámbito de la economía política y de las
distintas formas de gobierno corporativo y de titularidad empresarial.
“EL FUTURO DE
EUROPA. Bases para un nuevo modelo”
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