El Futuro del Modelo de Desarrollo Europeo EL TIPO DE INTERÉS DE EQUILIBRIO

El Futuro del Modelo de Desarrollo Europeo

EL TIPO DE INTERÉS DE EQUILIBRIO

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1.      El tipo de interés de equilibrio, o tipo de interés natural, es el tipo de interés real de referencia al que conceptualmente aludimos cuando, una y otra vez, hacemos mención a la “normalización” de los tipos de interés.

2.      El tipo de interés de equilibrio es, desde esta perspectiva una referencia útil para valorar las políticas monetarias y, en particular, hasta qué punto nos encontramos realmente ante políticas expansivas o restrictivas. Podemos decir que las políticas monetarias expansivas tienden a situar los tipos de interés por debajo del tipo de equilibrio y las políticas restrictivas, al contrario, lo situarían por encima de dicho punto de equilibrio.

3.      Es comúnmente aceptado que las políticas monetarias de la eurozona –y de Occidente en general- fueron claramente expansivas a partir del estallido de la crisis financiera de 2008. Este carácter expansivo es evidente si tenemos en cuenta la expansión cuantitativa, a través de la ampliación del balance del BCE, a través de la ampliación del volumen crediticio o de la adquisición de activos. Aparentemente, lo mismo podríamos decir de la drástica reducción de los tipos de interés hasta niveles cercanos a cero y del mantenimiento de estos niveles durante casi una década.

4.      Sin embargo, esos movimientos de los tipos de interés no responden exclusivamente a una voluntad política del Banco Central Europeo de impulsar la economía a través de la demanda. En realidad, se trata –en buena parte al menos- de una respuesta al hundimiento del tipo de interés natural o de equilibrio.

5.      El cálculo del tipo de interés natural no responde a criterios claramente cuantificados, pero sí existe un consenso sobre su evolución continuamente negativa durante las últimas décadas. Una evolución que, lógicamente, evoluciona de forma muy similar al incremento de la inversión, la productividad y la renta per capita.

 

EVOLUCIÓN DEL TIPO DE INTERÉS NATURAL EN LAS ECONOMÍAS AVANZADAS




 

6.      Es aceptado que, a medio y largo plazo, el tipo de interés natural evoluciona en función de razones estructurales. Habitualmente se alude a razones demográficas, dinamismo económico, propensión a la inversión productiva, etc. En último término, se trata del nivel “máximo” de los tipos de interés que permite mantener la economía dinamizada (o en pleno empleo si seguimos el criterio de SUMMERS).

7.      Parece lícito entender que, en definitiva, el tipo de interés natural o de equilibrio está condicionado por la propensión a la inversión y también, por supuesto, por la rentabilidad esperada de las inversiones. Los empresarios sólo se endeudarán para invertir a tipos de interés que les aseguren un margen suficiente de rentabilidad.

8.      Una vez más, nos encontramos ante el reto de la necesidad de diferenciar los destinos de la expansión monetaria. Si el crédito para gasto o consumo incide sobre la demanda, el crédito para inversión incide tanto sobre la demanda como sobre la oferta. Todo parece indicar que es la rentabilidad de las inversiones productivas la que determina el tipo de interés natural. Esto nos obliga a tener en cuenta esta referencia como el tipo de interés al que los empresarios estarán dispuesto a endeudarse para invertir, pero no necesariamente tenemos que utilizarla como referencia para el crédito para gasto o consumo. Mientras que los tipos de interés para inversión deben ser los adecuados para mantener viva la inversión productiva y evitar que dejen de llevarse adelante buenos proyectos de inversión, los tipos de interés del crédito para gasto o consumo pueden o deben ser superiores, en función de las necesidades del equilibrio monetario o de otros objetivos macroeconómicos.


“EL FUTURO DE EUROPA. Bases para un nuevo modelo”
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