1. El nombramiento del dirigente del PSOE Antonio Carmona como
Vicepresidente de IBERDROLA supone una vuelta de tuerca más en el continuo
proceso de “puertas giratorias” entre cargos políticos y puestos en direcciones
o consejos de administración de las grandes empresas. Es fundamentalmente la
repetición constante de estos movimientos lo que obliga a un análisis político
de fondo.
2. Las grandes empresas disponen de toda una batería de instrumentos
para influir y condicionar la acción política. Las puertas giratorias son sólo
uno de ellos, muy evidente ante la opinión pública.
3. Es evidente que, puesto que la esencia de la socialdemocracia es
la representación de los intereses de los trabajadores asalariados, esto es
radicalmente incompatible con esta dependencia de los intereses corporativos.
4. La duda de fondo que se nos puede plantear es si realmente es
posible la socialdemocracia en el contexto actual, puesto que la experiencia de
las últimas décadas parecería acreditar que todos los gobiernos y la
generalidad de los dirigentes de los partidos socialdemócratas en el poder
parecen acabar sometidos al control o la influencia de las grandes
corporaciones.
5. Es importante tener en cuenta que ninguna idea, ninguna visión de
la sociedad o de la historia, puede abstraerse del contexto en el que se mueve.
En principio, las ideas y la metodología de análisis socialdemócratas pueden
desarrollarse en cualquier contexto de economía de mercado, pero no sucede lo
mismo con la acción de gobierno.
6. En el momento en que los grupos socialdemócratas se presentan a
las elecciones, intentan gobernar y gobiernan efectivamente, los condicionantes
del entorno social, político y económico se vuelven sensiblemente más
estrechos.
7. La historia ha venido acreditando las extraordinarias dificultades
de la socialdemocracia para llegar a los gobiernos hasta la Segunda Guerra
Mundial y el gran despliegue de este movimiento que se produjo durante la edad
dorada del capitalismo entre los años 50 y 70. Finalmente, a partir del inicio
del período neoliberal, las dificultades para el desarrollo del proyecto
socialdemócrata han sido crecientes, volviéndose casi siempre abrumadoras.
Durante estas décadas la socialdemocracia ha venido sistemáticamente gobernando
en base a criterios neoliberales o social-liberales, por el sencillo hecho de
que el contexto geopolítico –fundamentalmente a partir de la caída de la Unión
Soviética- ha venido haciendo cada vez más difícil aplicar estrategias de
gobierno socialdemócratas.
8. La opción ha sido clara y continua: las estrategias
socialdemócratas son correctas pero el poder corporativo se ha extendido de tal
forma que ahora en Europa sólo es posible gobernar con políticas neoliberales.
9. Sin embargo, si dejamos el
análisis en ese punto estamos prescindiendo de lo más importante. Lo más
importante es tener en cuenta que nos encontramos al final del período
neoliberal, que este modelo está claramente agotado y que, independientemente
del modelo que lo sustituya, nos encontramos ante un contexto geopolítico
radicalmente distinto.
10. El mundo que desde los 90 estaba dominado de forma aplastante por
la oligarquía corporativa occidental va a ser, de una u otra forma, un mundo
multipolar. Un mundo en el que el peso creciente de los países emergentes va a
crear, necesariamente, un contexto más plural. Un contexto en el que la
socialdemocracia va a disponer probablemente de posibilidades sensiblemente
mayores para desarrollar su proyecto de defensa de los intereses de los
trabajadores asalariados.
11. Posicionarse correctamente
ante ese nuevo contexto es cada vez más urgente. Esto requiere identificar,
aislar y eliminar cuanto antes los sectores corruptos y los sometidos a los
intereses corporativos, que se han venido acumulando en el movimiento
socialdemócrata durante estas décadas. También, por supuesto, abrirse al
conjunto de la clase trabajadora y diseñar urgentemente nuevas políticas y
estrategias para el nuevo contexto que se avecina.