CLAVES DE LA PRODUCTIVIDAD
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1. Para hacer frente al reto de la productividad, parece claro que la
variable macroeconómica de mayor importancia radica en el impulso de la inversión
productiva. Por supuesto, dentro de este objetivo siempre podemos distinguir entre
el impulso cuantitativo y cualitativo de la inversión. Esta diferenciación nos
permite incorporar en la misma variable la generalidad de los distintos
objetivos que habitualmente se utilizan a la hora de identificar las “claves” del
impulso de la productividad.
2. La primera cuestión que se plantean los analistas es la razón de
que, a pesar de los cambios tecnológicos de la denominada Tercera Revolución
Industrial, la evolución de la productividad en Europa haya sido tan
preocupante. Las causas se atribuyen habitualmente a la adopción gradual de las
nuevas tecnologías, a un ritmo más lento del cambio tecnológico o al menor
crecimiento de la formación de los trabajadores. Es un debate esencial para entender
por qué los avances científicos y tecnológicos son condición necesaria pero no
suficiente para el crecimiento a largo plazo de la economía europea.
3. La cuestión fundamental es, por supuesto, cuáles pueden ser las
claves del impulso de la productividad europea cara al futuro. Y, en función de
las mismas, cuáles deberían ser las políticas públicas fundamentales.
4. Si sintetizamos las claves
definidas por los expertos, podemos resumirlas de la siguiente forma:
-
Inversiones en innovación e infraestructuras
-
Inversiones de despliegue de las
innovaciones
-
Capital humano
-
Eficiencia empresarial
5. Es habitual en la documentación elaborada por las instituciones de
la Unión Europea la insistencia en el concepto de “digitalización”. La
importancia de esta orientación es evidente en este momento. Sin embargo, desde
un punto de vista sistemático, no parece lógico diferenciarla –a estos efectos-
de otro tipo de avances tecnológicos. Los gobiernos y las empresas mejoran la
eficiencia de sus actividades a través de la investigación y de la inversión,
ya sea a través de la digitalización o de cualquier otra mejora tecnológica.
6. Las inversiones en infraestructura están muy relacionadas con la
actividad pública y las oportunidades que esta clave de la productividad
presenta son sensiblemente distintas de unos territorios a otros. En
territorios poco avanzados las inversiones en transporte y estructuras
educativas o formativas pueden ser fundamentales para los avances en
productividad. En los territorios avanzados se trata más bien de inversiones en
redes de comunicación o en plataformas digitales.
7. Las inversiones en innovación son una variable bien conocida y gestionada
por los estados miembros. Dentro de la misma llama la atención el evidente
debilitamiento de la inversión en I+D en la Unión Europea, cuyo esfuerzo tecnológico
ha sido ya superado por China, que continúa su tendencia ascendente en esfuerzo
en I+D frente al estancamiento europeo.
8. El capital humano, en términos generales, es un activo ampliamente
disponible en la Unión Europea, con un alto grado de formación, sin perjuicio
de que una reorientación de los sistemas educativos dando un mayor peso a
especialidades técnicas y tecnológicas podría –en muchos países europeos-
suponer un importante avance en nuestra capacidad productiva.
9. La eficiencia empresarial es un factor clave ciertamente complejo,
que afecta a la correcta distribución de iniciativa empresarial pública y
privada, a la dimensión empresarial, al gobierno corporativo, a los sistemas
fiscales y administrativos y a variables muy distintas del entorno empresarial
y de las políticas públicas que inciden sobre el mismo.
10. Como veremos, en último término,
es la inversión productiva el factor cuyo debilitamiento explica de forma más
directa el insuficiente avance de la productividad durante las últimas décadas
y, de forma similar, el factor clave para impulsar el crecimiento de la
productividad de la economía europea cara al futuro.
11. Finalmente, el
desplazamiento de inversiones y actividad de unas a otras empresas y de unos a
otros sectores es también un factor fundamental para explicar el debilitamiento
de la productividad europea y para focalizar las políticas públicas futuras. En
este sentido, debemos tener en cuenta el impacto del desplazamiento de las
inversiones hacia sectores con niveles más bajos de valor añadido y de productividad
y, por otro lado, el impacto de la “destrucción creativa” de empresas y
sectores cuyo papel está siendo realzado en el conjunto de Europa a partir de
la crisis COVID-19[1].
Los procesos de “destrucción creativa” son también, de hecho, uno de los
instrumentos clave para la extensión del avance tecnológico al conjunto del
tejido empresarial.
“EL FUTURO DE
EUROPA. Bases para un nuevo modelo”
Otros
documentos de EKAI Center
[1] BAUER, P. et al. Productivity
in Europe. Trends and drivers in a service-based economy. European Commission.
2020, p. 112