
EL DESARROLLO TERRITORIAL NO FUNCIONA
TEXTO (PDF): https://yadi.sk/i/vpnNPm-iuXKhmg
1. Las políticas de desarrollo territorial en Europa no funcionan. Aunque
las diferencias entre regiones y entre localidades son cualitativamente
importantes, lo cierto es que tanto regiones como municipios y comarcas no
constituyen, en conjunto, un elemento significativamente dinamizador del
desarrollo económico en Europa.
2. La razón de ello no tiene que ver con la mayor o menor eficiencia
de la gestión de los responsables locales o regionales, sino más bien con un
problema de fondo de nuestras políticas de desarrollo territorial: la falta de
ambición.
3. Una referencia significativa de esta realidad la tenemos en la “Agenda
Territorial 2030”[1]
aprobada en 2020 durante la presidencia alemana del Consejo Europeo. El
documento establece dos objetivos básicos “Una Europa Justa” y “Una Europa
Verde”, desglosados en 6 “prioridades”. Esto cual suena bien, pero deja claro
que ni el crecimiento ni el desarrollo económico son prioridades de la Agenda
Territorial, lo cual no deja de sorprender en una Europa que está siendo
crecientemente marginada en el mundo como consecuencia de su limitada capacidad
de desarrollo.
4. Por otro lado, las políticas regionales de la Unión Europea sí han
apoyado significativamente el desarrollo de regiones menos avanzadas de la Unión,
pero lo han hecho como meros destinatarios de recursos financieros de los
fondos de cohesión, sin que se adoptaran políticas claras específicamente
destinadas a que esas regiones por sí mismas se convirtieran en motores del
desarrollo económico[2].
5. Como hemos dicho, es precisamente esta falta de ambición el
problema de fondo de nuestro desarrollo territorial. Frente al empuje de los países
emergentes, nuestras regiones y nuestras localidades, salvo excepciones, se
despreocupan de forma prácticamente total de los objetivos de desarrollo económico.
En ciertos estados ni siquiera tienen competencias significativas en este ámbito.
En otros casos, aunque exista capacidad normativa de actuación, los entes
territoriales carecen de recursos adecuados para abordar políticas activas de
impulso del desarrollo económico.
6. La falta de ambición se traslada con frecuencia también a las
características personales de los responsables políticos locales y regionales,
casi siempre con un perfil de gestores de servicios públicos y sólo en pocos
casos con capacidad real de interpretar e impulsar el desarrollo económico. Y
esto es también lo que esperan de ellos los grupos políticos que les presentan
a las elecciones y los ciudadanos que les votan. El problema no es achacable a
personas o grupos políticos concretos. Es un problema estructural del modelo de
desarrollo europeo.
7. Reconducir este déficit estructural no es, evidentemente, fácil. No
mientras la propia Europa en su conjunto no vuelva a situar el desarrollo económico
como objetivo fundamental del conjunto de sus políticas. La cohesión, el
respeto al medio ambiente, … son, evidentemente, políticas necesarias en todos
los niveles territoriales. Pero renunciar al desarrollo económico es –está siendo
ya- suicida.
8. Reposicionar a nuestras regiones y localidades en la senda del
desarrollo requiere un cambio cultural y de posicionamiento estratégico, como
se requiere también en los estados miembros y en la propia Unión Europea. Pero
en los ámbitos regional y local necesitamos además cambios institucionales de
carácter estructural, que atribuyan a estos ámbitos territoriales un papel
sustancialmente mayor en el impulso del desarrollo económico y que les doten de
las competencias y de los recursos adecuados para ello. Si este replanteamiento
estratégico se pone en marcha a nivel europeo, grupos políticos y líderes políticos
se reposicionarán rápidamente al respecto.
“EL FUTURO DE
EUROPA. Bases para un nuevo modelo”
Otros
documentos de EKAI Center
[1] “Territorial
Agenda 2030. A future for all places”. https://ec.europa.eu/regional_policy/sources/docgener/brochure/territorial_agenda_2030_en.pdf
[2] Aunque
se hayan hecho algunos esfuerzos interesantes desde la perspectiva de la
elaboración de estrategias de lo que se ha denominado como “especialización
inteligente”.