El Futuro del Modelo de Desarrollo Europeo PROFUNDIZACIÓN DEMOCRÁTICA


1.     El futuro del modelo de desarrollo europeo bien puede plantearse, en último término, como un reto de profundización democrática. En definitiva, es esta profundización la que puede asegurarnos que la propia definición y aplicación del modelo de desarrollo se hace efectiva en función del interés general de los ciudadanos europeos y no en función de intereses particulares.

2.     La democracia en Europa puede analizarse desde la perspectiva de los estados y desde la perspectiva de las instituciones de la Unión Europea. Es esta última perspectiva la que ha estado sujeta a mayores cuestionamientos durante las últimas décadas. Las estructuras de poder europeo, que se han ido construyendo de forma progresiva, han sido repetidamente consideradas como insuficientemente representativas, o de un nivel de representatividad excesivamente indirecto.

3.     Si consideramos este problema desde una perspectiva temporal, el que estos déficits democráticos se produzcan es perfectamente lógico. Partiendo de una mera agrupación de estados con competencias comunes escasas, no parece tener una mayor importancia el que estas competencias comunes se gestionen de forma indirecta y sin necesidad de un fuerte control popular.

4.     El problema surge cuando las competencias de la Unión Europea van creciendo de forma sustancial a la vez que se mantienen instituciones comunes débiles, de escasa representatividad, o de representatividad excesivamente indirecta. Las apelaciones a la necesidad de fortalecer las competencias del Parlamento Europeo o incluso de una posible elección directa de un Presidente de la Comisión Europea han sido continuas durante las últimas décadas. Por eso sorprende que este tema haya sido radicalmente marginado en el actual debate sobre el “Plan de Acción para la Democracia Europea” (Comisión Europea, 2020).

5.     En buena parte, la tensión por parte de los estados miembros contraria al fortalecimiento de las instituciones comunes, a la vez que las mismas se van alimentando de competencias es un círculo vicioso que está demostrando ser peligroso para la evolución armónica de nuestras estructuras políticas.

6.     El segundo problema, de gran importancia, es que estas estructuras comunes controladas sólo indirectamente quedan muy directamente expuestas a la influencia de los lobbies corporativos. Cuando los sectores críticos aluden a la “Europa de los mercaderes”, tienen un fuerte punto de apoyo en esta realidad.

7.     De esta forma, nos encontramos ante los dos grandes retos de la profundización democrática europea:

A)    El fortalecimiento de la representatividad política de las instituciones comunes

B)     La limitación de la influencia de los lobbies corporativos

8.     Por supuesto, la influencia política de las grandes corporaciones se produce también en los estados miembros. La salud democrática de Europa no se mide sólo a través de las instituciones comunes sino –fundamentalmente- a través de los estados miembros. Muy especialmente mientras sean los propios estados miembros los que disponen del peso político predominante en las instituciones comunes.

9.     Limitar el poder político de las grandes corporaciones es el reto fundamental para el futuro político del conjunto de Occidente y también, por supuesto, para el de Europa. Esto requiere acciones directas para limitar su papel en el control de los medios, en la financiación de partidos políticos y, probablemente, una implicación mucho más activa de las instituciones públicas a través del sector público empresarial o de participaciones públicas minoritarias en grandes empresas.

 

“EL FUTURO DE EUROPA. Bases para un nuevo modelo”
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