1. Las desigualdades más extremas se traducen en pobreza y exclusión
social, y en este aspecto se observan diferencias de género importantes. Los
estudios y mediciones realizados, tanto a nivel mundial como en la Unión
Europea, concluyen que la pobreza está feminizada (Muñoz Boudet et al., 2018).
2. La Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales es la principal
operación estadística al respecto que se lleva a cabo en Euskadi y nos indica
que Gipuzkoa es el territorio con menor incidencia de la pobreza: 11% de
población que sufre ausencia de bienestar frente al 12,4% de Araba y el 13,5%
de Bizkaia (2018). Por otro lado, la Encuesta de Pobreza y Exclusión Social de
Gipuzkoa (2018) nos proporciona datos desagregados por sexo: el 6.9% de las
mujeres sufre pobreza severa y el 20,2% pobreza relativa, mientras que entre
los hombres las cifras correspondientes son 4.8% y 15.2% respectivamente.
3. Una parte de la pobreza de las mujeres permanece oculta debido a
la metodología de medición de la misma. El hecho de que se tome como unidad de
medida el hogar invisibiliza situaciones de pobreza y vulnerabilidad de
personas sin ingresos propios o con ingresos insuficientes para vivir de manera
autónoma (Valls y Belzunegui, 2014). Es el caso de mujeres que viven en pareja,
pero también de juventud y de beneficiarias de pensiones pequeñas. De hecho, un dato que revela la difícil
situación de mujeres que no viven en pareja es la incidencia de la pobreza
entre familias monoparentales (casi todas encabezadas por mujeres), que se
eleva hasta el 34.1% según la encuesta mencionada. Con todo, hay que señalar
que el 50% de los casos de pobreza se producen entre las parejas con hijos.
4. Una de las principales herramientas de lucha contra la pobreza en
Euskadi es la Renta de Garantía de Ingresos (RGI). Se trata de una prestación
periódica que garantiza un ingreso mínimo, cuyo cobro es compatible con el de
prestaciones de la Seguridad Social y con ingresos procedentes del trabajo.
Según datos de marzo de 2021 para el territorio de Gipuzkoa, el 57.8% de las
personas beneficiarias de la RGI son mujeres. Entre ellas, algo más de la mitad
cobra una pensión y un 22% tiene trabajo remunerado. Aproximadamente el 28% son
extranjeras y algo más de una cuarta parte son familias monoparentales.
5. La mayor presencia de mujeres en la RGI no es sorprendente, dada
la mayor incidencia de la pobreza entre ellas y las importantes brechas de
género que se producen en la cuantía de las prestaciones de la SS. Los menores
salarios de las mujeres y el hecho de que trabajen menos horas debido a las
responsabilidades familiares, origina una brecha en pensiones de en torno al
40% en la Unión Europea (Bettio et al., 2013). En Gipuzkoa, la pensión media de
las mujeres es un 28,7% menor a la de los hombres. En el caso de las
prestaciones por desempleo la diferencia es de un 14% (datos de la DFG para el
año 2019).
6. Desde el inicio de la pandemia, el número de personas
beneficiarias de RGI ha crecido. El análisis de los datos por sexo revela un
incremento de beneficiarios mayor entre los hombres que entre las mujeres.
Evolución de
personas beneficiarias de RGI
|
EUSKADI |
GIPUZKOA |
||||
|
MARZO
20 |
MARZO
21 |
VAR
% |
MARZO
20 |
MARZO
21 |
VAR
% |
MUJERES |
30.639 |
32.107 |
4.8% |
7.311 |
7.739 |
5.8% |
HOMBRES |
21.752 |
22.921 |
5.4% |
5.156 |
5.654 |
9.6% |
Fuente:
Lanbide
7. BIBLIOGRAFÍA
Bettio, Francesca; Tinios, Platon y Betti,
Gianni (2013). The gender gap in pensions in the EU. European Network os Experts on Gender Equality.
Gobierno Vasco (2018) Encuesta de Pobreza y Necesidades Sociales.
Departamento de Empleo y Políticas Sociales.
Muñoz Boudet, Ana María M. et al. (2018) Gender differences in poverty and
household composition through the life-cycle: A global perspective. World Bank Policy Research Working Paper, (8360).
SIIS (2018) Encuesta de Pobreza y exclusión social en Gipuzkoa.
Diputación Foral de Gipuzkoa
Valls, Francesc y Belzunegui, Angel (2014) La pobreza en España
desde una perspectiva de género. Fundación Foessa.