Inteligencia Política y Estratégica COVID-19. LO QUE SABEMOS


1.      Dentro del marco de inseguridad en el que nos movemos en el análisis de la epidemia/pandemia COVID-19, vamos a intentar centrar algunas ideas sobre lo que ya podemos ir desbrozando.

2.      Como EKAI Center ha venido indicando, éste es uno de los casos en los que las opiniones científicas discrepan y esto nos deja en un contexto ciertamente difícil para avanzar.

3.      Sabemos, por un lado, que la política de confinamientos del año 2020 no sólo destruyó nuestra economía, sino que fracasó como instrumento para superar la pandemia. Y los países que no han confinado a sus habitantes, o que lo han hecho de modo marginal -como China, Suecia o Bielorrusia- no han tenido una evolución significativamente peor que los demás. En resumen, hemos destruido nuestra economía en balde.

4.      La experiencia del año actual ha sido igualmente desconcertante. Partíamos de una situación de lógica desconfianza hacia un proceso de vacunación de carácter “experimental” y –a medida que avanza el año- las dudas sobre los efectos secundarios y la eficiencia de las vacunas crecen de día en día. Aunque, por el momento, desde fuera del ámbito científico poco más podemos decir que situarnos en ese ámbito de “duda”.

5.      A ello hay que añadir la intolerable actitud de las autoridades sanitarias europeas al boicotear e impedir a la población hacer uso de las vacunas más seguras (rusas y chinas).

6.      El inaceptable bloqueo mediático de las opiniones críticas sobre la gestión de la pandemia ha continuado, como ha continuado la sistemática censura de estas opiniones en las redes sociales, con bloqueos y cierres de miles de cuentas.

7.      Aunque llamativos, en nuestra opinión son en este momento menos trascendentes otros debates sobre las ventajas e inconvenientes del uso de mascarillas o de unas u otras restricciones.

8.      Sorprendentemente, las dudas sobre el origen natural o artificial de la pandemia se han agudizado, al plantearse la duda incluso por parte de ciertos gobiernos occidentales.

9.      Finalmente, el debate sobre el pasaporte sanitario y la vacunación obligatoria abierto en Occidente ha añadido una dosis de dramatismo a una situación ya complicada, que puede ser fundamental a la hora de desbordar la desestabilización creciente de Europa y Estados Unidos.

10. Las políticas de confinamiento parecen ya superadas, pero la prolongación de la pandemia, las dudas sobre las actuales y posibles nuevas variantes del virus y la creciente inseguridad sobre la eficiencia y los efectos secundarios de las vacunas están dificultando seriamente la recuperación económica que se esperaba fuera casi automática.

11. Tanto las incógnitas sobre las vacunas como sobre las variantes del virus pueden acabar situándose en el ámbito del cálculo estadístico. La cuestión no es tanto si el virus existe o no, si su origen fue uno u otro, si las vacunas son o no experimentales, etc. sino, fundamentalmente:

a)     si los efectos secundarios de las vacunas que se van verificando permiten o no calificar a unas u otras vacunas como “suficientemente seguras”.

b)     si la experiencia de los próximos meses nos permite o no calificar a una u otra vacuna como “suficientemente eficaz”.

c)       hasta qué punto la realidad científica de las nuevas variantes tiene un impacto fundamentalmente mediático o resultan decisivas para la eficacia de las vacunas y para el nivel de riesgo de las personas vacunadas y no vacunadas.

12.  Por otro lado, la experiencia del año actual nos mantiene en un ámbito similar de inseguridad con respecto a los aspectos científicos y sanitarios del problema. La continuación del bloqueo informativo y la censura sistemática en redes sociales dificulta sensiblemente el contraste de opiniones y cuestiona la fiabilidad de las políticas adoptadas. Desde EKAI Center continuaremos –dentro de nuestros medios- dando voz a opiniones críticas marginadas de los medios de comunicación.

 

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