1. Por supuesto, hay factores estructurales que explican por qué
estos programas de kurzarbeit o reparto del trabajo tienen un mayor éxito en
unos países que en otros. Por supuesto, la propia experiencia histórica en la
utilización de este sistema es fundamental. Lo habitual es que se trate de
procesos históricos de introducción progresiva, cuyos avances van muy ligados a
la valoración social y presupuestaria de la experiencia acumulada en etapas
anteriores.
2. En el fondo, es lógico también que la introducción y desarrollo de
estos sistemas esté muy relacionada con la específica cultura de cada territorio
en el ámbito de las relaciones laborales. Territorios más propensos a la
negociación, con una mayor disposición al diálogo por parte de los empresarios,
están también más abiertos a fórmulas alternativas que eviten o atenúen los
despidos colectivos en empresas concretas y las situaciones estructurales de
desempleo en el conjunto del país.
3. Por supuesto, el marco regulatorio de cada territorio es, en sí
mismo, un factor fundamental para el éxito y la extensión de estos programas.
La mera regulación de los programas de reparto del trabajo ya supone, por sí
misma, un importante respaldo social e institucional para la extensión de estos
programas. Pero las ayudas públicas destinadas a compensar parcialmente la
pérdida de ingresos de los trabajadores afectados por la reducción del tiempo
de trabajo es, lógicamente, el impacto fundamental de la regulación legal.
4. Para que programas específicos tengan éxito es fundamental que el
proceso previo de negociación colectiva se desarrolle correctamente y con el
máximo acuerdo posible. Una cuestión clave en este sentido es la credibilidad o
la realidad de la caída de la carga de trabajo y de las expectativas existentes
al respecto.
5. Lógicamente, cuestiones laborales esenciales son:
A.
Los trabajadores específicamente afectados
por el programa de reparto de trabajo
B.
La cuantía de la reducción horaria
C.
El impacto de la reducción
salarial
D.
La evolución en el tiempo de la
reducción de horas
E.
La duración del programa
F.
Los efectos sobre el empleo y, en
concreto, las garantías de mantenimiento del empleo mientras dure el programa.
G.
Los aspectos de organización del
trabajo derivados de la redistribución de horas.
6. Por supuesto, el factor clave de mayor trascendencia es,
probablemente, el retributivo. Cuál será el impacto sobre los salarios de la
reducción del tiempo de trabajo y en qué medida este impacto estará compensado
por ayudas públicas son las cuestiones centrales que normalmente deciden la
puesta en marcha y la continuidad de estos programas.
7. Complementariamente, es también importante la percepción que los
trabajadores tienen sobre la reducción del tiempo de trabajo. Si lo consideran
una mejora del bienestar personal que puede compensar parcialmente la reducción
salarial, si debe o no dedicarse parcialmente a esfuerzos de formación, etc.