Participación en la Empresa

EL FONDO CONCEPTUAL
AUDIO: https://youtu.be/Z62zfF1mRt0
TEXTO (PDF): https://yadi.sk/i/9Hg-RN6BQJzoEg
1.
El debate
sobre la participación de los trabajadores en la empresa no es en absoluto
nuevo. Su origen está en el inicio del movimiento obrero, en los primeros
conatos de enfrentamiento entre capital y trabajo. Ya desde el principio del
siglo XIX surgen propuestas destinadas a dar a los trabajadores un peso mayor
en las decisiones de la empresa o en los beneficios generados por la misma.
2.
El movimiento
obrero rápidamente se encaminó hacia estrategias sindicalistas o socialistas,
que planteaban cambiar radicalmente el modelo empresarial dominante,
sustituyendo la titularidad del empresario-inversor por la de los trabajadores,
los consumidores o el Estado.
3.
De una u otra
forma, con mayor o menor virulencia, el conflicto capital-trabajo ha continuado
siendo un elemento esencial de nuestra estructura económica. Ello explica las
diferentes opiniones sobre cuál debe ser el papel representado en las empresas
por los inversores y por los trabajadores asalariados y sobre los cambios a
introducir al respecto en la realidad empresarial.
4.
Ahora bien,
dentro de este contexto, los posicionamientos conceptuales que llevan a
defender una mayor participación de los trabajadores en la empresa responden a
finalidades últimas muy variadas.
5.
Por un lado,
nos encontramos con sectores sociales que valoran negativamente en sí mismo el
conflicto capital-trabajo y que buscan una atenuación del mismo a través de
modelos de empresa más integradores de los intereses de los trabajadores. Esta
podría ser la posición, por ejemplo, de la doctrina social de la iglesia.
6.
Lógicamente,
esta posición teórica es también la que ha llevado a una cierta desconfianza
del movimiento sindical con respecto a las propuestas de impulsar la
participación de los trabajadores, ante el temor de que su verdadero objetivo
sea, precisamente, debilitar el sindicalismo. Esta desconfianza es, de
cualquier forma, una cuestión difusa, que se plantea de forma discontinua y con
posicionamientos a veces favorables y a veces contrarios a las propuestas
concretas de impulso de la participación de los trabajadores en la empresa.
7.
Otros
sectores valoran esta participación como un primer paso en el acceso del
trabajo a la toma de decisiones en la empresa, dentro de un proceso continuado
que no tendría como fin atenuar el conflicto capital-trabajo sino dar un poder
creciente a los trabajadores en el control de la empresa como objetivo en sí
mismo.
8.
En algunos
casos, como sucedió, por ejemplo, en Alemania, la participación de los
trabajadores en los órganos de administración se consideró como un instrumento
clave para controlar las tentaciones totalitarias de la oligarquía empresarial.
9.
Algunas
teorías económicas han justificado la participación de los trabajadores en la
empresa como un instrumento para contrarrestar problemas estructurales del
capitalismo avanzado. Así, la cogestión alemana habría sido un factor
fundamental para evitar el riesgo de financiarización de las grandes empresas
que ha destruido una parte fundamental del tejido productivo de los países
anglosajones. La participación cualificada de los trabajadores podría
contrarrestar quizás la tendencia a la caída de la inversión en las empresas
intensivas en capital. Y podría tener un papel anticíclico en la gestión de la
empresa.