Participación en la Empresa

PARTICIPACIÓN EN LA EMPRESA Y CAPITALISMO INCLUSIVO
AUDIO: https://youtu.be/jvEtEWuKi7M
TEXTO (PDF): https://yadi.sk/i/Pw4Hk-FBdsVCTQ
1. La élite corporativa occidental, a través del Foro Económico
Mundial y de otras organizaciones internacionales, ha venido durante los
últimos meses poniendo sobre la mesa la necesidad de que el neoliberalismo de
paso a un nuevo modelo de capitalismo que, junto a sus rasgos fundamentales de
concentración de poder y recursos en los bancos centrales, nuevo sistema
financiero, etc. se configure como capitalismo “inclusivo”.
2. Conceptualmente, un modelo de capitalismo “inclusivo” podría
lógicamente incluir en sus objetivos la participación de los trabajadores en la
empresa como un instrumento clave de inclusión de los asalariados en el modelo
económico.
3. Por supuesto, la participación de los trabajadores en la empresa
puede tener todas las variantes e incluir casos de participación sustancial y
cualificada y casos de participación reducida o meramente simbólica.
4. De cualquier forma, la participación cualificada de los
trabajadores en la empresa tiende a moderar las diferencias de renta y los
abusos por parte de las élites corporativas. Lógicamente, los trabajadores con
capacidad significativa de influencia en los órganos de decisión se posicionan
en favor de sus intereses y esto supone una tendencia a moderar la parte del
valor añadido que se destina a retribuir a los accionistas, además de aumentar
tendencialmente los salarios y mejorar las condiciones de trabajo.
5. Por lo tanto, nada más apropiado para asegurar el carácter
inclusivo del nuevo modelo capitalista que impulsar de forma activa y seria la
participación de los trabajadores en la empresa.
6. Lamentablemente, ello no significa que, desde la perspectiva del
impulso de la participación de los trabajadores en la empresa, debamos
alegrarnos por esta aparente apuesta de la élite corporativa por el capitalismo
inclusivo. La razón fundamental es que nada parece acreditar que esa apelación
al “capitalismo inclusivo” deba tomarse en serio y no sea más bien una burla
para todos los ciudadanos que realmente entienden que debería avanzarse en esa
dirección.
7. El primer problema al que nos enfrentamos es el hecho de que sean precisamente
las grandes corporaciones multinacionales las que están haciendo esta apuesta.
Tras el Foro Económico Mundial, la “Coalición por el Capitalismo Inclusivo” y
el “Consejo por el Capitalismo Inclusivo más el Vaticano”, todos ellos han sido
impulsados y conformados por las grandes corporaciones internacionales. Con el
protagonismo especial del Grupo Rothschild y del Vaticano en el último
caso. Todo ello son muestras de la
voluntad de las grandes corporaciones de avanzar hacia su nuevo modelo de desarrollo
a la vez que utilizan este mensaje del “capitalismo inclusivo” como publicidad
destinada a suavizar el impacto mediático de sus ambiciones cara al control del
nuevo sistema económico.
8. Un elemento de profunda desconfianza al respecto es la ausencia de
los estados en estos foros. Cabe preguntarse cómo va a hacerse realidad el
capitalismo inclusivo sin una apuesta decidida de los estados. Los accionistas
de control son los que toman las decisiones en las grandes corporaciones y, por
lo tanto, las decisiones de éstas –fuera de los objetivos publicitarios- en
ningún caso van a avanzar por sí mismas hacia ningún tipo de capitalismo
inclusivo. Se trata, con toda probabilidad, de una tomadura de pelo.