El Futuro de la Socialdemocracia

LA DEMOCRACIA COMO PROYECTO
AUDIO: https://youtu.be/bVw52CERAGo
TEXTO (PDF): https://yadi.sk/i/YhjaMJ824LCzdA
1.
Democracia
quiere decir, literalmente, “gobierno del pueblo”. No quiere decir ni derechos
humanos ni libertades individuales. La confusión entre estos conceptos nos ha
conducido a interpretar incorrectamente el mundo en que vivimos.
2.
Los avances
occidentales en el ámbito de los derechos y libertades individuales son una
conquista histórica que debe valorarse como tal. Ahora bien, ¿son realmente
democracias nuestros estados? Desde nuestro punto de vista la respuesta es
clara: no, no lo son.
3.
Esta idea es
aparentemente contradictoria con lo que consideramos condición necesaria y
suficiente de un sistema democrático: las elecciones. Lo cierto es que en los
países occidentales el sistema político se articula en base a los procesos
electorales y, sin embargo, no hay democracia.
4.
La razón es
que en Occidente las grandes empresas controlan de hecho las finanzas, la
economía y, sobre todo, los medios de comunicación, de una forma aplastante. De
esta forma, moldean a su gusto la opinión pública, sus gustos, su cultura y sus
valores. Las elecciones plasman la situación de la opinión pública en un
momento concreto, ciertamente. Pero, lamentablemente, la opinión pública no es
una manifestación de los intereses generales sino el resultado de un constante
y abrumador lavado de cerebro de los ciudadanos en base a los intereses
corporativos.
5.
Son los
intereses corporativos los que ponen en marcha las modas mediáticas, los gustos
y las costumbres. Son estos intereses los que, a través de los medios de
comunicación, nos definen lo que es izquierda, lo que es derecha y lo que es
centro. Como lo que es políticamente correcto y lo que no lo es.
6.
Esto nos
lleva a la conclusión de que las sociedades occidentales no viven en una
democracia sino, en todo caso, en una “doxacracia”, si queremos llamar así al “gobierno
de la opinión”.
7.
Puesto que la
democracia es el campo de trabajo fundamental del movimiento socialdemócrata,
posicionarnos al respecto es esencial. Porque ser conscientes de que los países
occidentales no son realmente democracias implica un reto para todos los
ciudadanos, pero de forma muy directa una apelación a la movilización de los
socialdemócratas.
8.
La cuestión clave, por supuesto, es asumir una
posición constructiva al respecto. No se trata de limitarse a rechazar las
estructuras de la “doxacracia” por no ser democráticas. Es esencial aprovechar
los avances ya conseguidos para impulsar nuevos pasos en la construcción democrática.
Pasos que, en nuestra opinión, bien pueden avanzar en la dirección de
democratizar los medios de comunicación o el sector financiero. Es tarea
esencial de todos los ciudadanos, pero muy especialmente de los socialdemócratas,
plantearse la continua construcción de la democracia como un proyecto de futuro
al que debemos acercarnos de forma progresiva.
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