Aplicación del Kurzarbeit EL MODELO DE LOS PAÍSES SOCIALISTAS

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Aplicación del Kurzarbeit

EL MODELO DE LOS PAÍSES SOCIALISTAS

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1.     En cuanto consideramos el “empleo” en relación con el trabajo productivo encargado a cada persona, parece evidente que en todo tipo de sistemas económicos existen problemas con el nivel de empleo. La razón es que, por razones naturales o económicas, la necesidad de productos y servicios no siempre coincide plenamente con la capacidad de producción del conjunto de la población activa.

2.     En efecto, en todo tipo de modelos económicos se producen modificaciones más o menos bruscas de las necesidades del mercado o de la producción y esto genera intermitentemente excesos de capacidad de trabajo.

3.     Cada uno de los modelos sociales responde de forma específica a este reto. Y lo hacen en función de las políticas utilizadas y también, lógicamente, en función de los intereses defendidos en cada sistema.

4.     En principio, cada sistema puede optar por tres tipos básicos de estrategia para hacer frente a los excesos de capacidad de trabajo:

A.     Enviar al desempleo a un número suficiente de trabajadores para compensar ese exceso de capacidad

B.     Distribuir el exceso de capacidad entre el conjunto de los trabajadores

C.     Fórmulas mixtas que combinen las dos estrategias anteriores.

5.     En los países capitalistas, es evidente que la estrategia de recurrir al desempleo de trabajadores es la estrategia predominante, pero se hace efectiva con importantes matices y contrapesos:

-         las prestaciones públicas de desempleo, a favor de los trabajadores afectados

-         medidas restrictivas de los despidos

-         políticas de reparto del empleo en modelos de empresa no capitalistas, como las empresas públicas y cooperativas

-         políticas de reparto del empleo existente en empresas capitalistas a través del impulso estatal, como sucede con el modelo del Kurzarbeit.

6.     Lógicamente, en los países capitalistas occidentales, son los intereses de los grandes empresarios los prioritarios y es lógico que, en este contexto, las políticas de libertad de actuación para las empresas tiendan a predominar. A pesar de ello, medidas de contrapeso como las indicadas se han considerado necesarias en distintos países, como instrumento para evitar una excesiva desestabilización social y económica.

7.     El punto de partida de los países socialistas es, lógicamente, el contrario. Se consideran a sí mismos como países “al servicio de los trabajadores asalariados” y, en consecuencia, priorizan los intereses de éstos a la hora de gestionar los excedentes de capacidad laboral.

8.     Como consecuencia de este punto de partida, estos países intentan evitar a toda costa el desempleo estructural. Los trabajadores excedentes son con frecuencia mantenidos en su puesto de trabajo. Se intenta reubicarlos en otras empresas con necesidades de trabajadores pero se limitan seriamente las posibilidades de las empresas de enviar al desempleo de forma directa a sus trabajadores.

9.     Las políticas seguidas para gestionar estos objetivos no siempre han sido las mismas. Y han variado, muy especialmente, en función del respectivo modelo de socialismo. En algunos países socialistas las normas eran muy estrictas para el conjunto de las empresas, mientras que otros países gestionaban macroeconómicamente las cifras del desempleo, adoptando medidas especiales en las propias empresas cuando se empezaban a producir bolsas de desempleo estructural.

10.  Los procesos eran sustancialmente distintos en el caso del socialismo autogestionario de Yugoslavia. Las empresas individualmente consideradas tenían una gran tendencia al mantenimiento del empleo. Esto era lógico, ya que se trataba de empresas públicas gestionadas por los trabajadores que, lógicamente, respondían a objetivos muy similares a los de nuestras cooperativas de trabajo. Sin embargo, el conjunto de la economía tendía a generar importantes bolsas de desempleo que sólo parcialmente se corregían a través de las empresas públicas.

11. Finalmente, los modelos de economía socialista con importantes sectores de mercado tienden a seguir modelos comparables con los occidentales en la gestión del empleo en el sector privado de la economía. A la vez, utilizan el potente sector público como fundamental estabilizador del empleo. De ahí que la capacidad de estos sistemas de neutralizar el desempleo tenga una relación directa con la respectiva dimensión del sector público de la economía. Esto es lo que explica, probablemente, la práctica ausencia de desempleo estructural en un país como Belarus/Bielorrusia, con un sector público que supone un 70%/80% del tejido empresarial.