El Futuro de la Socialdemocracia Fraude Electoral en EEUU LOS LÍMITES DE LA DEMOCRACIA ATLÁNTICA. ALLENDE 1973, BERLINGUER 1978, TRUMP 2020

El Futuro de la Socialdemocracia

Fraude Electoral en EEUU
LOS LÍMITES DE LA DEMOCRACIA ATLÁNTICA.
ALLENDE 1973, BERLINGUER 1978, TRUMP 2020


AUDIO:     https://youtu.be/fmLp-xYtPFw

TEXTO (PDF):    https://yadi.sk/i/YIKbfBCmj9SfpQ

1.     A medida que pasan las semanas desde la celebración de las elecciones presidenciales el día 3 de noviembre, se confirma el diagnóstico inicial de EKAI Center. Las evidencias de fraude masivo se multiplican. Y también se confirma –como preveíamos- que por muy evidente que fuera el fraude era difícil que en estas circunstancias Trump contara con la colaboración de los parlamentarios y jueces republicanos que resultan decisivos en este proceso. La élite corporativa tenía decidido que Trump no podía conseguir un segundo mandato. Y no ha reparado en medios para evitarlo. La cuestión a analizar no es ya si ha habido fraude masivo o no. Esto ya es evidente. La cuestión clave es por qué se ha hecho de manera tan descarada.

2.     Trump no es lo que normalmente se considera como “progresista”. Es, simplemente, un “outsider”, un agente extraño al Estado Profundo norteamericano, con ciertas estrategias anti-corrupción y anti-oligárquicas que le hacen “intolerable”.  Lo que ha sucedido en estas elecciones nos revela una vez más que para la élite corporativa las elecciones están muy bien … siempre que gane alguno de los que tienen que ganar. Algo que la socialdemocracia describió perfectamente desde sus orígenes. La democracia avanzada es el gran reto estratégico de la socialdemocracia como la democracia controlada es el objetivo permanente de las grandes corporaciones.

3.     Cuando existe el riesgo de que gane las elecciones alguna opción política “no tolerable” … se ponen todos los medios para evitarlo. Democráticos o no democráticos. El golpe de estado organizado por la CIA para derribar al gobierno socialista de Allende en 1973, la activación terrorista de la Red Gladio para evitar la llegada al poder del Partido Comunista de Berlinguer en Italia o el actual fraude electoral masivo para descabalgar a Trump del poder en Estados Unidos. Son ejemplos claros de que la élite corporativa que controla Europa y Estados Unidos es una gran defensora de la democracia … mientras la democracia hace lo que tiene que hacer.

4.     Lo que ahora está sucediendo en Estados Unidos evidencia, por supuesto, los límites claramente marcados para el mecanismo electoral por parte de las élites corporativas que controlan Occidente. Lo que ha sucedido es de un altísimo peligro para todos. Las encuestas revelan ahora que la mayoría de los ciudadanos norteamericanos cree que, efectivamente, hubo un fraude masivo en estas elecciones. Se confirme finalmente como Presidente a Biden o a Trump, la mitad de la población norteamericana va a sentir que se le han robado las elecciones. La inestabilidad política en Estados Unidos va a ser inevitable. Todo ello en un contexto de colapso del modelo económico. Las posibilidades de un enfrentamiento civil generalizado o de la implantación de la ley marcial son muy altas.

5.     El problema va mucho más allá de las elecciones. Durante años, tanto en Estados Unidos como en Europa, hemos asistido a un proceso de creciente concentración de medios de comunicación y estrechamiento de las opiniones “tolerables” o a la censura sistemática y creciente en las redes sociales. Todo ello se ha disparado para evitar la victoria de Trump pero sus orígenes son anteriores y afecta a todo tipo de opiniones políticas, de izquierda, derecha o centro, que en cada momento se consideren como “no tolerables”. Por cierto, sin que “nuestros” demócratas y liberales supuestamente de izquierda, derecha o centro digan absolutamente nada al respecto.

6.     Los casos de Allende, Berlinguer o Trump nos evidencian que la democracia occidental ha sido siempre una democracia “controlada” por la élite corporativa. Pero ahora podemos estar entrando en una nueva fase en la que esta élite parece tener la sensación de estar perdiendo el control y necesitar mecanismos más estrictos de sujeción de la opinión pública. Vamos a verlo muy pronto. La socialdemocracia tiene más que nadie en juego en este momento.

 

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