El Futuro del Modelo de Desarrollo Vasco
DESTRUCCIÓN CREATIVA EN EL PAÍS VASCO
AUDIO: https://youtu.be/nm4kKV5qwNs
TEXTO (PDF): https://yadi.sk/i/VAS1fmFgQLUMww
1.
Siempre
tendemos a pensar que nuestros líderes políticos y económicos persiguen –con mayor
o menor eficiencia- impulsar el desarrollo económico. Sin embargo, ya hemos
visto que todo parece indicar que la oligarquía que controla Occidente está impulsando
de forma cada vez más clara una estrategia de “destrucción creativa” basada en provocar
o facilitar el estancamiento o hundimiento económico, permitiendo a las grandes
empresas que controlan el proceso hacerse con cuotas de mercado más amplias y,
por lo tanto, con más poder y más beneficios.
2.
En principio,
nada tenía que ver esta política con las que venían aplicándose en el País
Vasco hasta el estallido de la crisis financiera en 2008. Al contrario, durante
tres décadas, nuestro territorio realizó importantes esfuerzos en impulsar la
industria, la inversión productiva y el avance tecnológico.
3.
Sin embargo,
de forma sorprendente, todo cambió a partir del estallido de la crisis. Durante
los primeros años el cambio de tendencia quedó de alguna forma oscurecido por
el impacto de la crisis sobre las políticas económicas y presupuestarias. Pero
enseguida quedó claro que nos encontramos ante un giro de 180 grados en la política
económica vasca.
4.
Un giro
sorprendente que se ha interpretado como una transición del industrialismo al
neoliberalismo y que, de alguna forma, parece ir progresivamente encajando en
las estrategias de destrucción creativa que se están imponiendo en Europa.
5.
Los datos
macroeconómicos, por sí mismos, apuntan en esta dirección. La caída de la actividad
industrial, la caída de la inversión productiva, el descenso del gasto en I+D, el
impulso de actividades de bajo valor añadido, … todo ello apunta en la dirección
de un país que no se dirige hacia el progreso sino hacia el estancamiento o
decadencia económicos.
6.
Pero más
significativo aún que estos datos es la aparente indiferencia frente a los
mismos de nuestros medios y de nuestros responsables políticos y económicos. El
que ni siquiera se mencionen ni se debata sobre los mismos. Y, sin perjuicio de
algunas excepciones, ni por parte de los gobiernos ni por parte de la oposición.
7.
¿Por qué nuestros
medios y nuestros dirigentes son tan complacientes con esta evidente decadencia
económica? Evidentemente, una explicación para ello sería la de la connivencia
con las estrategias de destrucción creativa.
8.
Lo cierto es
que el contexto ideológico y conceptual de los mismos años 2008-2020 parecería
apuntar en esta dirección. Por un lado, el giro hacia el extremismo liberal que
llevó a algún responsable a afirmar que “los gobiernos no pueden invertir en
actividades empresariales” y que ha generado una llamativa pasividad en la política
económica.
9.
Por otro
lado, la obsesión mediática y política por los conceptos clave que están
enmarcando las políticas de “destrucción creativa” de la élite corporativa es
también llamativo: el impulso desproporcionado de las energías renovables o la
obsesión por la interpretación demagógica de lo “sostenible” o la aparente
despreocupación por el hundimiento económico generado por las políticas
aplicadas ante la pandemia COVID-19. Por no mencionar la más que llamativa
indiferencia frente al hundimiento demográfico.
10. Todo esto nos revela que, aparentemente, nos sentimos muy a gusto
en el contexto conceptual/ideológico de “destrucción creativa” impulsado por la
élite corporativa. Un interés cada vez menor por la ciencia, la tecnología, la
industria y la actividad productiva y una obsesión creciente por el “decrecimiento”
al que llamamos “sostenible”.
11. De esta forma, el contexto ideológico/conceptual y los datos estadísticos
de la evolución de nuestra economía desde 2008 parecen avanzar en la misma
dirección. A ello podemos añadir el peso político que en el País Vasco tienen
las grandes empresas energéticas. Por ahora, nos faltan datos para atribuir de
forma más directa y personal a responsables concretos una voluntad clara de
implicación en estas estrategias.