Inteligencia Politica y Estrategica CON BIDEN-HARRIS VUELVEN EL TTIP, LA OTAN Y LAS GUERRAS ... PERO SON "PROGRESISTAS"


1.      Recordemos una vez más que Biden-Harris, como Hillary Clinton o Bush, pertenecen todos ellos al ala republicano-demócrata más belicista de la política estadounidense. Ello no depende sólo de actitudes personales, sino también de alineamientos. Los Bush, Obama, Clinton, Biden y Harris pertenecen al sector más alineado con la oligarquía corporativa y financiera. Esa oligarquía transnacional que ha venido dominando el mundo y que domina todavía férreamente Europa (y también el País Vasco, claro).

2.      Lo ha dicho el propio Secretario General de la OTAN: “Biden es un fuerte partidario de la Alianza Atlántica”. Ninguna sorpresa. En función de la defensa de los intereses de la oligarquía corporativa, Biden-Harris impulsarán el reforzamiento de la OTAN, los tratados de libre comercio al servicio de esta élite corporativa como el TTIP y volverán a lanzar nuevas guerras e invadir nuevos países cuando piensen que les interesa.

3.      Si los demócratas y muchos republicanos representan a la oligarquía corporativa, la realidad objetiva es que Trump, con sus defectos personales y su estilo poco simpático, tampoco es un “líder del pueblo”. Como no lo es nadie en realidad en Estados Unidos, donde las distintas facciones políticas sólo representan a distintos sectores de la élite. A Trump le apoya un sector “antioligárquico” de los servicios de inteligencia y del Ejército, pero también un sector industrial conservador y un sector financiero-sionista. Entonces, ¿cómo determinamos quién es mejor y quién es peor? Parece que no hay más remedio que acudir a los hechos.

4.      Ya lo hemos dicho en otras ocasiones, pero es esencial recordar una y otra vez que Trump es el primer presidente en muchas décadas en no iniciar nuevas guerras ni invadir ningún país:



5.     Ya sabemos que esto no significa nada para nuestros “progres” –en realidad, reaccionarios obsesivos- que sólo entienden las consignas una y otra vez lanzadas por “nuestros” medios de comunicación, todos ellos al servicio de la oligarquía corporativa. (¡Qué horror! ¿”Nuestros” medios?). Sí, “nuestros” medios.

6.     La realidad es que el desvarío de “nuestros” medios y “nuestra” clase política parece no tener límite. En síntesis, se trata de calificar como “progresista” todo lo que viene de Wall Street. Y de descalificar sistemáticamente cualquier otro tipo de opinión. Al final, tras años de mentiras y de constante deformación informativa, el ciudadano (sí, también el ciudadano vasco) acaba convirtiéndose en una marioneta creyendo sistemáticamente que todas las consignas de la élite corporativa son “lo progresista”.

7.     Evidentemente, se trata de un problema de desinformación comprensible en el ciudadano de a pie, en algunos cuadros o en pequeños medios de comunicación, sometidos a un constante lavado de cerebro mediático o a la dependencia frente a los grandes medios.

8.     Pero el problema es distinto si pensamos en los responsables de la generalidad de los medios de comunicación o de los grupos políticos. Estos saben perfectamente lo que llevan haciendo desde hace tiempo. Saben que, intentando transmitir que son de izquierda, derecha o centro, nacionalistas, abertzales o estatalistas, en realidad son instrumentos al servicio de la élite corporativa en prácticamente todo lo importante.

9.     Por ahora, sólo un consejo: si tu partido o tu periódico apoya a Biden –como apoyaron a Obama en su momento- desconfía. Por ahora, no es mucho más lo que se puede pedir a la generalidad de los ciudadanos. Simplemente, desconfía.

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