1.
Lo ha dicho
en un comunicado el nuevo Jefe del Pentágono designado por Trump: “TODAS
LAS GUERRAS DEBEN TERMINAR”, a la vez que anunciaba la retirada de
todas las tropas de Irak y Afganistán.
2.
La retirada
de tropas se producirá en dos
fases:
-
En la primera fase, para el día 15
de enero, el conjunto de las fuerzas en estos países se reducirá a 2.500
soldados en Irak y otros 2.500 en Afganistán.
-
En la segunda fase, para el mes de
mayo –por supuesto, si Trump continúa en el poder- se producirá la retirada
total de las fuerzas restantes.
3.
La medida es,
por un lado, simbólica. De una extraordinaria importancia simbólica, por
supuesto. Tanto el mensaje como la decisión representan un hito histórico en la
política exterior norteamericana.
4.
La decisión
tiene también un importantísimo componente táctico-político, al dificultar sensiblemente
una previsible escalada bélica en estos países una vez que Biden-Harris lleguen
a la Presidencia.
5.
El anuncio
del Pentágono ha desatado la ira del establishment, tanto republicano como demócrata,
pues es mucho lo que la élite corporativa tiene en juego en esos dos países. Y,
desde luego, no le va a facilitar a Trump los apoyos que necesita para sacar
adelante las reclamaciones por fraude electoral que van a decidirse en las cámaras
legislativas y en los tribunales.
6.
Recordemos
que, muy a pesar de la permanente demagogia obsesivamente anti-Trump y pro-Obama/Biden
de “nuestros” medios y “nuestros” dirigentes políticos, la realidad de lo
sucedido en la política exterior norteamericana durante la Presidencia de
Donald Trump es evidente:
7.
Por supuesto,
hay muchas otras cosas que valorar en la presidencia de Donald Trump. En política
exterior en particular, la aparente obsesión anti-China y anti-Irán ha sido
absurda y desproporcionada. Pero esta imagen es más que suficiente para darnos
cuenta de hasta qué punto la permanente campaña de acoso y difamación contra él
de estos 5 años sólo se explica por el férreo alineamiento de “nuestros” medios
y “nuestros” dirigentes políticos con el establishment de Wall Street.
8.
La política
exterior norteamericana –y, en particular, la política de defensa- es quizás la
cuestión de mayor importancia para el mundo durante los próximos años. Estados
Unidos puede optar entre mantener las políticas de paz del período Trump o
relanzar las políticas de intervención militar permanente de los períodos
Bush-Clinton-Obama. El mundo no es ya el que era hace 10 años y el riesgo de
que una administración Biden-Harris nos lleve a una conflagración bélica
mundial es muy alto.