1. Los ciudadanos vascos se encuentran, en este momento, entre los
ciudadanos europeos con mayor lavado de cerebro. Sistemáticamente engañados por
sus grupos políticos y sus medios de comunicación, piensan que estos grupos y
medios son nacionalistas, abertzales o estatalistas, o de izquierda, derecha o
centro. En realidad, están todos ellos adheridos al globalismo corporativo y,
como mucho, son neoliberales de izquierda, neoliberales de derecha o
neoliberales de centro. El lavado de cerebro es de tal dimensión que, en este
momento, sacar a nuestros ciudadanos de la dialéctica Trump=Malo y Biden=Bueno
es poco menos que imposible.
2. Pero uno de los objetivos clave de la socialdemocracia es,
precisamente, defender los intereses de los asalariados a través de la búsqueda
de la verdad. Precisamente porque son los intereses corporativos los que, a
través del control de los medios, distorsionan permanentemente la realidad en
defensa de sus propios objetivos. La verdad –o, si se prefiere, la búsqueda
constante de la verdad- es un claro objetivo estratégico de la socialdemocracia
en defensa de los intereses de los asalariados. Esto es lo que lleva a EKAI
Center a defender la búsqueda de la verdad como una estrategia clave de la
socialdemocracia y del progreso social y económico en general.
3. ¿Es compatible con la socialdemocracia la defensa de Trump? Difícilmente,
aunque el propio Trump ha llegado a decir que
“el Partido Republicano se ha transformado en el partido de los trabajadores
norteamericanos”.
4. Veamos:
-
Trump ha evitado invadir nuevos países
o iniciar nuevas guerras. Un auténtico logro histórico
-
Trump ha detenido el proceso de
deslocalización productiva que estaba hundiendo a la clase trabajadora
norteamericana
-
Trump, al contrario, ha impulsado
la vuelta de empresas anteriormente deslocalizadas
-
Trump ha contenido el proceso de
inmigración ilegal, tan lucrativo para los empresarios como destructivo para
los salarios (una razón fundamental para el incremento del voto hispano a favor
de los republicanos)
Al contrario, Trump ha desarrollado una política fiscal claramente
favorable a las corporaciones.
5. Por supuesto, aplicar políticas favorables a los trabajadores no
es equivalente a ser “el partido de los trabajadores”. Esto último requiere no
sólo una valoración positiva por parte de los asalariados, sino que sean
realmente estos últimos los que controlen el partido. El Partido Republicano se
ha alejado radicalmente de Wall Street, pero el peso de empresarios pequeños y
grandes en su financiación sigue siendo determinante. Y la dependencia de
cadenas corporativas como Fox –o, más recientemente, NewsMax- es evidente.
6. ¿Cuál debe ser el posicionamiento socialdemócrata frente al
trumpismo? Pues valorar positivamente las políticas favorables a los
trabajadores y negativamente las que no lo son. ¿Debe la socialdemocracia
identificarse con el trumpismo? Evidentemente, no, por las razones indicadas. ¿Puede
la socialdemocracia afirmar que Biden-Harris son mucho peores para los
trabajadores que el trumpismo? Rotundamente, sí.
7. Recordemos que Biden-Harris responden a la facción más belicista
de la oligarquía financiera norteamericana, con estrategias compartidas con los
Clinton, Bush y Obama. Es también la facción impulsora del neoliberalismo, de
las estrategias depredadoras de las grandes entidades financieras, de la
destrucción del tejido productivo norteamericano a favor de las estrategias de
deslocalización de la élite corporativa. Es la élite impulsora del globalismo
corporativo y responsable de crímenes de guerra continuados que han supuesto la
muerte de cientos de miles o millones de personas en los últimos 20 años.
8. Por lo tanto, hay pocas dudas. El trumpismo no es socialdemócrata,
por mucho que Trump afirme que se han convertido en “el partido de los trabajadores”. Pero Biden-Harris son mucho
peores.
9. Por supuesto, somos conscientes de la sorpresa que estos conceptos
representan para la generalidad de los ciudadanos vascos. Pero ésa es, en buena
parte, nuestra función: buscar continuamente la verdad, más allá de la mentira
y el engaño sistemáticos de “nuestros” medios. “La verdad siempre es progresista”.
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