Derechos Sociales y Modelo de Desarrollo TRABAJADORES-CIUDADANOS COMO REFERENCIA

Derechos Sociales y Modelo de Desarrollo

TRABAJADORES-CIUDADANOS COMO REFERENCIA

1.     Durante 200 años a partir de la Revolución Industrial, asistimos a un lento pero continuado proceso de concentración empresarial que ha generado un contexto radicalmente distinto del que durante estos siglos ha sustentado la fragmentación entre izquierda y derecha.

2.     Desde el siglo XIX, la izquierda se ha identificado de forma clara con la defensa de los intereses de los trabajadores asalariados y la derecha con otros segmentos sociales (agricultores, autónomos, mujeres no asalariadas, empresarios …)

El proceso de asalarización, como consecuencia del cual más de un 90% de la población está ya compuesto por trabajadores (asalariados o cooperativistas), convierte en absurda la tradicional base social de la izquierda y de la derecha como fuerzas enfrentadas electoralmente en espacios políticos de dimensiones similares.

3.     Este nuevo contexto socioeconómico cuestiona tanto las bases tradicionales de la izquierda como las de la derecha. La izquierda debe plantearse si debe esforzarse o no por continuar representando a los asalariados en su conjunto y, en tal caso, qué supone su participación en dinámicas políticas que dividen sistemáticamente el voto de los trabajadores en dos mitades enfrentadas. Pero este nuevo contexto ha cambiado radicalmente también, por supuesto, el papel de la derecha, que ya no puede basarse en la reacción frente a las reivindicaciones de los asalariados y que, al contrario, ha debido aceptar de forma progresiva y natural que su propia base electoral está también fundamentalmente constituida por este grupo social.

4.     ¿Qué nos aporta este análisis para configurar los procesos actuales de dinamización social? Por un lado, que, siendo la fragmentación social y política una realidad, es esencial no convertirla en un objetivo en sí misma. Todavía durante un cierto tiempo, partidos y fuerzas políticas y sociales continuarán identificándose a sí mismas como de izquierda, derecha o centro. Y ello a pesar de que las bases objetivas de la división estructural de los ciudadanos en estos grupos han desaparecido. O, al menos, han desaparecido como soporte de la división de los ciudadanos en dos bloques de dimensiones similares.

5.     Sin embargo, es esencial que los ciudadanos y los líderes sociales y políticos sean conscientes de que la realidad socioeconómica actual permite desarrollar estrategias sociales y políticas basadas en los intereses comunes de mayorías muy amplias. Si la división entre izquierda, derecha y centro puede todavía ser necesaria durante un tiempo a nivel electoral, trasladar esta división a la dinamización de la sociedad civil sólo consigue fragmentar artificialmente a los ciudadanos y paralizar la activación social.

6.     Los movimientos ciudadanos y sociales no deben aceptar como punto de partida la fragmentación entre izquierda, derecha o centro sino que, al contrario, deben partir del objetivo de aglutinar o dinamizar a amplias mayorías que, en definitiva, responden a la claramente superior homogeneidad actual, estructurada en torno a la indicada ubicación de más de un 90% de ciudadanos en el segmento social de los empleados, trabajadores o trabajadores asalariados. O, al menos, todos los movimientos que se reclaman a sí mismos como de izquierda, derecha o centro, deberían ser conscientes de cómo y cuándo es necesario utilizar estos términos como instrumento de canalización real de diferencias objetivas entre distintos colectivos sociales y cuándo es necesario evitarlos en la medida en que generen fragmentaciones artificiales o innecesarias en la defensa del interés general de los ciudadanos-trabajadores.

 

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