El Futuro del Modelo de Desarrollo Europeo HAY QUE CUESTIONAR EL OBJETIVO DEL 2% DE INFLACION

El Futuro del Modelo de Desarrollo Europeo

HAY QUE CUESTIONAR EL OBJETIVO DEL 2% DE INFLACION


1.     A pesar de la unanimidad con la que las distintas corrientes económicas cuestionan la inflación, considerándola como un factor claramente negativo en la evolución económica, este cuestionamiento es en realidad sólo parcial. Los bancos centrales occidentales no sólo consideran “aceptable” un cierto nivel de elevación de precios, sino que lo consideran “positivo” y, más aún, establecen como objetivo de sus políticas monetarias no evitar la inflación sino, al contrario, conseguir y mantener un nivel de inflación anual en el entorno del 2%.

2.     Como muchas veces sucede en Occidente, nos encontramos ante un consenso de hecho de las políticas monetarias con una casi total ausencia de fundamentación económica. Su origen “teórico” es casi anecdótico[1].

3.      En realidad, es la práctica de las políticas monetarias occidentales de las últimas décadas la que ha venido asentando este concepto del interés de mantener un nivel de inflación en el entorno del 2 por ciento.

4.     La cuestión a plantearse es clara: Si la inflación en términos generales es claramente negativa para el desarrollo económico, debemos analizar las razones por las que un 2% de inflación no lo es.

5.     En realidad, todo esto es difícil de entender si no comprendemos que las políticas monetarias occidentales no están diseñadas en función de los intereses generales sino en función de los intereses corporativos y, fundamentalmente, de los intereses de la gran banca.

6.     En la práctica, son tres los impactos fundamentales de esta sistemática persecución de un 2 por ciento de inflación anual:

A.     Facilitar la contención o reducción salarial

B.     Asegurar el trasvase de recursos hacia la gran banca

C.     Asegurar el mantenimiento del proceso de constante sobre-endeudamiento.

7.     Los dos puntos de inflación facilitan la reducción salarial porque ésta se produce sin que los trabajadores se den cuenta. Esta constatación ha sido repetidamente planteada por distintos expertos y responsables de organismos internacionales. Un dos por ciento de inflación facilita reducir los salarios reales sin tocar los salarios nominales y, por lo tanto, sin resistencia laboral o sindical. Ni más ni menos.

8.     Pero hay otros objetivos mucho más claros de este famoso dos por ciento. El primero de ellos es la constatación de la realidad de que mantener ese dos por ciento de inflación implica una tensión constante hacia la expansión monetaria. Si suponemos que los dos puntos se consiguen gracias a esta expansión, aproximadamente la mitad –un 1 por ciento de la riqueza de la nación aproximadamente- se queda directamente en los bolsillos de la gran banca para que ésta haga con estos recursos literalmente lo que quiera.

9.     Pero el restante 1 por ciento de inflación y de expansión monetaria, sea o no necesario para la inversión, permite mantener la rueda de una economía occidental constante y crecientemente sobre-endeudada. Como sabemos, el incremento constante de la deuda explica una parte sustancial del crecimiento económico de una economía aletargada desde los años 70.

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