Inteligencia Política y Estratégica EL CAOS PREMEDITADO

Inteligencia Política y Estratégica

EL CAOS PREMEDITADO


1.      Durante estos meses, EKAI Center ha minimizado el trabajo de interpretación de lo que venía sucediendo con la epidemia COVID-19. Las informaciones contradictorias en el ámbito económico y político, los distintos escenarios abiertos y, sobre todo, la impresionante confusión en el ámbito científico y sanitario, parecían recomendar la máxima prudencia y esperar a que las informaciones disponibles fueran suficientemente fiables y coherentes.

2.      De cualquier forma, a medida que van transcurriendo los meses, sí hay una conclusión que resulta cada vez más clara. Es cierto que la adopción de medidas extraordinarias de reforzamiento sanitario, distanciamiento social o utilización de mascarillas pueden explicarse en el contexto sanitario creado por la epidemia, a pesar de las versiones contradictorias que continuamente escuchamos al respecto. Sin embargo, cada vez parece más claro que en ningún caso han estado justificadas las medidas de cierre de actividades productivas o confinamientos generalizados que son las que, en definitiva, han provocado el hundimiento de la economía.

3.      La cuestión no es sólo que estas medidas hayan sido más o menos erróneas. Lo que realmente llama la atención es el entusiasmo con el que los líderes políticos de los distintos países se han lanzado desde el primer momento a adoptar esas decisiones políticas a sabiendas de que con ellas estaban premeditadamente destruyendo su economía.

4.      Evidentemente, aunque la apariencia de las decisiones adoptadas y de las posiciones políticas mantenidas durante estos meses apuntan en esa dirección, dar verosimilitud a la opinión de que nos encontramos ante un “caos premeditado” requiere al menos una explicación lógica de los posibles objetivos geopolíticos de una estrategia tan radical.

5.      Sintetizando, los informes de inteligencia que hemos recibido al respecto aportan tres hipótesis distintas que podrían dar alguna verosimilitud o explicación finalista a la supuesta premeditación del hundimiento de nuestras economías:

A. Un contraataque de China frente a las crecientes agresiones de EEUU.

B. Un último intento de la oligarquía financiera occidental por asegurar que Donald Trump pierde las elecciones de noviembre de 2020

C. Una estrategia de salvar el sistema económico occidental a través de la destrucción calculada de una parte sustancial del tejido productivo, haciendo posible la recuperación de la rentabilidad de las empresas supervivientes, de forma similar a lo conseguido en las guerras mundiales.

6.      La hipótesis de un contraataque de China ha sido difundida fundamentalmente desde ciertos servicios de inteligencia anglosajones. Si esta hipótesis fuera cierta, el resultado de la estrategia sería claramente positivo. La economía de China ha sufrido un golpe serio, pero incomparablemente menor a las destruidas de Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la explicación de esta hipótesis tiende a ser contradictoria. Por un lado, se alude a que China ha exagerado premeditadamente el impacto y la gravedad de COVID-19 con el fin de controlar el proceso en China a la vez que se generaba el caos en Occidente. A la vez, se ha defendido que China premeditadamente ocultó y minimizó el impacto y la importancia real del problema. Evidentemente, no se trata de que China provocara el estallido de la epidemia en su propio país (no entramos en cuestionar el origen y evolución de la epidemia en cuanto tal) sino de las políticas sanitarias adoptadas y de la información transmitida al resto del mundo.

7.      La hipótesis de la destrucción de la economía occidental con el fin de hacer perder las elecciones presidenciales a Donald Trump es, en cierta forma, una hipótesis esperable en el contexto de guerra civil larvada abierta en Occidente entre la oligarquía financiera que ha venido controlando Europa y Estados Unidos por un lado y, por el otro, el populismo industrialista emergente representado por Donald Trump. También en este caso, la posible estrategia parecería haber tenido éxito. El derrumbe de la economía norteamericana ha destruido lo que se consideraba el principal activo electoral de Trump y parece haber asegurado su derrota en las próximas elecciones.

8.      Por supuesto, no faltan quienes apuntan a una clara confluencia coyuntural de intereses entre la oligarquía financiera occidental y China, basada en el objetivo común de derribar a Donald Trump.

9.       Por último, el objetivo de un estallido controlado de la economía occidental podría explicar el posicionamiento radical de las políticas públicas anti-COVID de la generalidad de los gobiernos occidentales. En el caso europeo, ello se superpondría con la utilización de la crisis a efectos de asentar el proyecto de integración europea a través de un nuevo paso en los mecanismos de transferencia financiera.

10. El posicionamiento de la oligarquía financiera explicaría por sí mismo el alineamiento unánime a favor de cierres y confinamientos por parte de los grupos políticos más directamente sometidos a este grupo, como es el caso del Partido Demócrata norteamericano o de la generalidad de los grupos políticos de nuestro entorno y de Europa occidental en su conjunto. Frente a este movimiento se irán previsiblemente posicionando los países emergentes clave (Rusia, China, Irán, …) así como los movimientos populistas/industrialistas, todos ellos apuntando a una sustitución del sistema del petrodólar bien por el yuan chino, un sistema financiero “cuántico”, un sistema monetario basado en un modelo de blockchain soportado en valores reales, etc.

11.  El mundo está en un verdadero remolino geopolítico. Sabemos que el desastre económico y el caos consiguiente, premeditado o no, está ya a la vuelta de la esquina y que las distintas fuerzas geopolíticas van a intentar gestionarlo en función de sus propios objetivos.

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