El Futuro del Modelo de Desarrollo Europeo ECONOMIA CIRCULAR Y EXTERNALIDADES

El Futuro del Modelo de Desarrollo Europeo

ECONOMIA CIRCULAR Y EXTERNALIDADES


1.      Resulta sorprendente cómo el concepto de “economía circular” se ha ido extendiendo en entornos mediáticos y políticos sin una clara ubicación de este concepto dentro de la teoría económica. La economía circular no tiene otro objetivo sino reducir el impacto negativo de la actividad empresarial sobre el medio ambiente. Sin embargo, este concepto de “circularidad” significa que, tanto reduciendo los insumos como minimizando o gestionando los residuos y la eficiencia energética, la propia empresa tienda a responsabilizarse de reducir y dar salida a los residuos que genera…

2.      El fondo conceptual de la teoría de la economía circular nace del concepto de externalidad negativa. Esto es, de costes sociales generados por la actividad de la empresa que no son gastos para la misma. En este caso, el consumo de materias primas o la generación de residuos implican un coste social que no afecta a las cuentas de resultados de las empresas. La economía circular pretende obligar a las empresas a reducir o suprimir el impacto de esta externalidad negativa.

3.      Sin embargo, cabe preguntarse en qué medida este planteamiento de la economía circular responde a la lógica de la economía de empresa o más bien –una vez más- a las modas mediáticas sobre el medio ambiente.

4.      Un análisis sistemático de cómo gestionar las externalidades negativas nos llevaría a conclusiones como las siguientes:

A.     Que no se debería dar por supuesto que la autogestión energética y de residuos por parte de la empresa es más eficiente que, por ejemplo, una gestión pública de determinados residuos. Las economías de escala que puede conseguir una gestión pública común pueden hacer poco recomendable la circularización del proceso.

B.     Que argumentos –o intuiciones- similares a las que soportan la filosofía de la economía circular pueden encontrarse para soportar criterios similares en el conjunto de externalidades negativas generadas por las empresas.

5.      En efecto, limitar el concepto de “economía circular” a las externalidades generadas por impactos sobre el medio ambiente no parece que responde a una lógica económica o política. Se trata, una vez más, del seguimiento de las modas mediáticas. Razones equivalentes podríamos encontrar, por ejemplo, para aplicar el concepto de economía circular al empleo y evitar que las empresas hagan recaer sobre la sociedad el coste directo e indirecto de los despidos, como hacen de forma sistemática.

6.      En definitiva, un análisis y posicionamiento sistemático del concepto de economía circular nos llevaría a dos conclusiones fundamentales:

A.     La necesidad de aplicar la metodología analítica de la economía circular no sólo a las externalidades empresariales relacionadas con el medio ambiente, sino a todo tipo de externalidades negativas.

B.   La importancia de evitar dar por supuesto que las externalidades negativas siempre se gestionan mejor a través de la circularización en lugar de a través de los servicios públicos. Ello nos obliga a un análisis detenido y objetivo sobre ventajas e inconvenientes de cada una de las dos modalidades de gestión para cada caso.

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