El Futuro de la Socialdemocracia LA FUERZA DEL PARTIDO

El Futuro de la Socialdemocracia

LA FUERZA DEL PARTIDO

1.      La base de la fortaleza del partido socialdemócrata no es ni una cuestión instrumental ni de segundo nivel. No pretendemos analizar ahora la “dimensión” de la fortaleza del partido, sino la trascendencia del origen de la misma.
2.      Evidentemente, para cualquier partido es esencial disponer de importantes recursos financieros, mediáticos, humanos, etc. Ello va a determinar su capacidad de influir en la sociedad y de ganar elecciones.
3.      Pero el origen de la fortaleza del partido tiene una trascendencia fundamental para la propia esencia y para las propias bases ideológicas del partido.
4.      En teoría, la fortaleza básica de un partido político son sus afiliados y las cuotas abonadas por los mismos. Sin embargo, esto no es así, no sólo en los partidos de cuadros sino, en el contexto occidental, ni siquiera en muchos de los partidos de masas como los socialdemócratas.
5.      Nos encontramos ante un proceso bidireccional en el que, a la vez que las bases de afiliados se han ido debilitando, los partidos se han visto impulsados a buscar fuentes de financiación distintas de las cuotas aportadas por los mismos. A la vez, a medida que estas otras fuentes de financiación se iban haciendo cada vez más importantes, como las direcciones de los partidos iban dependiendo cada vez menos de las cuotas de los afiliados, estos últimos iban perdiendo peso y las direcciones tendían a burocratizarse, a blindarse frente a las bases y a considerar a los afiliados poco más que una molestia a la que hay que recurrir en los congresos.
6.      El problema es que las fuentes alternativas de financiación nos llevan casi siempre, de una u otra forma, a una dependencia creciente con respecto al poder corporativo.
7.      Esto es evidente cuando la financiación procede del sector bancario o de otros ámbitos empresariales. Pero también lo es cuando se trata de financiación pública, habitualmente definida en base a los resultados electorales. Depender de los resultados electorales también para la propia supervivencia del partido exacerba el electoralismo y, con él, la dependencia con respecto a los medios de comunicación que, en último término, son los que controlan y definen tanto la opinión pública como las bases estructurales de la evolución electoral de cada país.
8.      El problema es que, en la generalidad de los países occidentales, son las corporaciones las que controlan la generalidad de los medios de comunicación. De esta forma, depender de la financiación pública no es, como algunos piensan, “neutro”. A medio o largo plazo, significa entrar en una dinámica de creciente dependencia con respecto a los intereses corporativos.
9.      Todo esto nos coloca ante una importante reflexión de fondo. Todos los partidos políticos necesitan apoyarse en algo, necesitan una “fuerza” que les soporte y les impulse. Todo parece indicar que si esa fuerza no es social –su base de afiliados- sólo puede ser, en última instancia, corporativa. Por supuesto, ha habido excepciones en el caso de partidos socialdemócratas fuertemente financiados por los sindicatos, lo que podría considerarse como otra forma de financiación “social”.
10. De cualquier forma, lo esencial es que los partidos socialdemócratas se sitúen en una posición realista ante su propia esencia y estructura. El debilitamiento de la base de afiliación es mucho más importante de lo que a veces se piensa. No es sólo una causa de debilitamiento del partido sino también, como vemos, de una creciente dependencia –directa o indirecta- con respecto al poder y la influencia corporativa. Los partidos deben ser conscientes de esa realidad desde su nacimiento, adelantarse a la evolución previsible de su afiliación, ser conscientes de las consecuencias de una u otra fuente de financiación y, en su caso, preparar fuentes alternativas de financiación coherentes con la finalidad de los partidos socialdemócratas. Que, como sabemos, no es otra que defender por vías democráticas los intereses de los asalariados.