"7.
Esto nos llevaría a la hipótesis de que la baja rentabilidad de las inversiones
en la economía occidental durante los últimos 40 años fuese una consecuencia
del impacto de la creciente intensidad de capital, no compensado –o sólo
parcialmente compensado- por otro tipo de factores.
8.
Esto explicaría
por qué esta baja rentabilidad se ha mantenido con unas u otras políticas públicas
y a pesar de los crecientes esfuerzos del (neo)liberalismo por detraer
resultados y generar beneficios complementarios por distintas vías. Ni el acoso
a los sindicatos ni la contención salarial ni el cuestionamiento del estado del
bienestar, ni la sobre-explotación laboral de las mujeres, ni la explotación
masiva de mano de obra barata a través de la inmigración extranjera, ni el
sobre-endeudamiento … han conseguido generar tasas de rentabilidad comparables
con las de períodos anteriores y sólo –de forma artificial- un moderado crecimiento
de la economía artificialmente sostenido a costa de la destrucción de nuestro
tejido social y económico".