"8. Se estima que, triplicando los esfuerzos económicos destinados a la energía de fusión nuclear, los plazos para su operatividad y comercialización se reducirían a la mitad, lo que nos situaría ya en un entorno de 10-15 años a partir de ahora. Se trata de plazos que pueden ya perfectamente integrarse en la planificación a largo plazo de nuestro desarrollo económico y social. La Agenda 2030 se sitúa en un contexto temporal similar y los objetivos de desarrollo sostenible, reducción de las emisiones de carbono, etc., que parecen ser incompatibles con la realidad actual de nuestras opciones energéticas, pueden hacerse posibles y verosímiles mediante una apuesta intensiva por la energía de fusión nuclear que haga viable su implantación durante la década que se inicia precisamente el 2030".
"7. En la práctica, Euskadi, que se ha incorporado con cierto retraso al globalismo, se ha vuelto globalista cuando el mundo está empezando a dejar de serlo. Y este desajuste temporal puede ser fatal para nuestro país. La superficialidad de los debates y la indiferencia (indolencia) frente a nuestro futuro económico y social y frente a nuestros retos reales es tan abrumadora, que asusta pensar en el tiempo que vamos a necesitar sólo para resituarnos conceptualmente ante la realidad y, al menos, darnos cuenta de hasta qué punto estamos nosotros mismos destruyendo nuestro país".