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"7. Estos poderes fácticos –medios de comunicación, ONGs, grupos financieros, redes globalistas- controlados desde el sector globalista de la élite corporativa, ejercen todavía una presión aplastante sobre todo tipo de grupos políticos europeos. Dejarse llevar por esta presión ha supuesto ya la desaparición de los grupos socialdemócratas en varios países europeos, aunque –a la vez- la complicidad con los mismos es todavía fundamental para acercarse el poder. Pero todo está cambiando, y muy rápidamente".
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"2. Es evidente que la implicación pública en estos proyectos puede suponer un interesante impulso para la inversión en la economía social. Pero también puede serlo en cualquier otro tipo de empresa. Los organismos públicos pueden participar en proyectos de las empresas de economía social por razones estrictamente sociales o “ideológicas”. La cuestión a dilucidar en este momento es si existen o no razones estrictamente económicas que puedan justificar un especial esfuerzo de inversión pública hacia este sector".
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"8. La insuficiente discriminación de metodologías y destinos en las políticas keynesianas es una excelente fuente de ocultación de los intereses particulares que laten detrás de las mismas. En el momento actual, por ejemplo, la expansión monetaria se anuncia como “inyecciones de recursos en la economía” ocultando el destino prioritario de estas inyecciones hacia las grandes entidades financieras".
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"8. La gran pregunta es qué es lo que puede haber inducido a un ministro de un gobierno recién constituido y con aspiración a liderar un programa “de progreso” a complicar la proyección pública del propio gobierno de forma tan radical con unas declaraciones como éstas. Recordemos que no se trata de un ministro perteneciente al Partido Socialista ni tampoco a Unidas Podemos, y que cuenta con una larga trayectoria en el sector bancario. Es posible que estos datos, por sí mismos, tengan algún significado. Por el momento no tenemos información fiable como para aportar interpretaciones más concretas".
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"8. El impacto socioeconómico del fenómeno migratorio es enorme. Y siempre destructivo para los salarios y para la cohesión social. Que un gobierno supuestamente progresista, de izquierda y defensor de los trabajadores aceptara someterse a esta estrategia no sólo sería contradictorio, sino que pondría en cuestión los verdaderos objetivos del mismo. Todos los gobiernos tienen que utilizar una imagen y un programa que difundan mediáticamente, pero la sociedad española no va a aceptar que todas estas promesas sean puestas en cuestión por una realidad que, como consecuencia de las políticas migratorias, es exactamente la contraria de la prometida".
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"10. Si, en un primer momento, tienden a ser los “malos empresarios” quienes recurren rápidamente a reducir costes a través de la contratación de esta mano de obra barata, la dinámica del mercado acaba arrastrando al conjunto de la economía. Los empresarios son cada vez más reticentes a la inversión tecnológica y cada vez más entusiastas con la inversión en actividades de bajo valor añadido".
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1. “Todos sabíamos que la inmigración masiva acabaría en desastre”. Lo publicó en un artículo la periodista sueca Lena Mellin, conocida colaboradora del diario socialdemócrata “Aftonbladet” y tradicionalmente entusiasta defensora de las políticas pro-inmigración.
Más aún, Lena Mellin llega a titular su artículo: “Los líderes de los partidos deberían estar avergonzados de sí mismos”.
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“2. La falta total de argumentos que justifiquen los actuales procesos migratorios a los países industriales se evidencia aún más rápidamente en la medida en que asumimos el análisis desde una perspectiva socialdemócrata. Esto es, desde la perspectiva de los intereses de la gran mayoría de la población, constituida por los trabajadores asalariados. Es a partir de ese momento cuando se identifican con claridad las diferencias entre los intereses generales y los intereses empresariales y, como consecuencia de ello, desaparecen casi de inmediato los últimos soportes argumentales a favor de estos procesos”.
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