EKAI Journal. ¿ERA CORBYN LA ULTIMA ESPERANZA DE LA IZQUIERDA?



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"1.      El peso que tanto grupos políticos como medios de comunicación dan a estas “campañas globalistas” han desdibujado aceleradamente los perfiles tradicionales de las fuerzas políticas. De tal forma que la percepción de muchos ciudadanos es que, en el fondo, desde la derecha conservadora hasta la supuesta “extrema izquierda”, todos defienden lo mismo: alarmismo climático, políticas de género, (neo)feminismo, multiculturalismo, migraciones masivas, … Y que la función de oposición se ha trasladado a las opciones “populistas”.















"7.      Impulsar un proceso migratorio “para subir el PIB” es un disparate. Salvo que nos planteemos como objetivo para Euskadi “crecer” hasta convertirnos, por ejemplo, en un país con un PIB altísimo … como la India. El bienestar de un país no se mide por el PIB sino por el PIB por habitante. Y los procesos migratorios, al incrementar el peso de los puestos de trabajo de baja cualificación y escaso valor añadido, al contrario, tensionan a la baja el PIB per capita. Exactamente lo contrario de lo que parece defender el Ararteko".















"10.      Estas dos evidentes contradicciones debieran haber sido más que suficientes para que la socialdemocracia –y los grupos democráticos en su conjunto- identificaran con claridad lo que estaba sucediendo:
a)     Bajo la cobertura de la “emancipación de la mujer” un drástico incremento del tiempo de trabajo, que ha llevado –por ejemplo- a que cientos de millones de mujeres sean masivamente explotadas durante décadas en semanas de trabajo de 80, 90 ó 100 horas.
b)     Bajo la cobertura de la “solidaridad” y del “interés” del fenómeno migratorio, millones de empresarios occidentales se han enriquecido artificialmente a través de la reducción salarial, a la vez que se corrompía a la clase empresarial y se acababa con la cohesión social en Europa, poniendo en cuestión el propio futuro de nuestras democracias".


“8.          El ejemplo del salto en la popularidad de Sarah Wagenknecht es una muestra de que la izquierda todavía está a tiempo. Una parte sustancial de la sociedad aún está esperando un cambio de la izquierda que les permita seguir apoyando a los teóricamente representantes de los trabajadores, sin apoyar a la vez la bárbara estrategia inmigratoria de la oligarquía financiera europea. La izquierda todavía está a tiempo, pero el reloj avanza rápido y sin detenerse. El cambio es imprescindible y urgente. Hoy es posible pero mañana puede ser ya tarde”.




1.            “Todos sabíamos que la inmigración masiva acabaría en desastre”. Lo publicó en un artículo la periodista sueca Lena Mellin, conocida colaboradora del diario socialdemócrata “Aftonbladet” y tradicionalmente entusiasta defensora de las políticas pro-inmigración.

Más aún, Lena Mellin llega a titular su artículo: “Los líderes de los partidos deberían estar avergonzados de sí mismos”.


“2.         La falta total de argumentos que justifiquen los actuales procesos migratorios a los países industriales se evidencia aún más rápidamente en la medida en que asumimos el análisis desde una perspectiva socialdemócrata. Esto es, desde la perspectiva de los intereses de la gran mayoría de la población, constituida por los trabajadores asalariados. Es a partir de ese momento cuando se identifican con claridad las diferencias entre los intereses generales y los intereses empresariales y, como consecuencia de ello, desaparecen casi de inmediato los últimos soportes argumentales a favor de estos procesos”.



“1.          El impacto negativo de la migracion sobre el Modelo de Desarrollo tiene una solucion sorprendentemente sencilla: el establecimiento de una carga impositiva especifica para la contratacion de trabajadores de otros países.

Se trata de una via que permite a la vez hacer frente a la inmigracion masiva y asegurar el pleno respeto de los derechos humanos de migrantes y refugiados”.


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