La alianza estratégica entre China y Rusia cambia el escenario mundial


Vivimos tiempos interesantes...

La guerra comercial de Trump contra Europa, Canadá y Japón comprometió la reunión del G7 en Quebec, llevando a Emmanuel Macron a declarar que los países industrializados junto con Japón debían reformular el G7 para transformarlo en G6, sin Estados Unidos. Si poco más de dos años atrás alguien hubiese previsto una fractura semejante entre los aliados occidentales nadie le hubiese dado atención. ¿Y el Brexit? ¿Y la división en la propia Unión Europea?

Son tantos y tan rápidos los cambios que ya es habitual la afirmación de que vivimos el comienzo de una nueva era.

De hecho, en este siglo 21 se advierte una cierta decadencia de Occidente y, principalmente, la formación de un mundo multipolar, con la emergencia de Asia. El llamado “triángulo estratégico” de la Guerra Fría, formado por Estados Unidos, China y la Unión Soviética, cuyo peso se habría desplazado en los años 80 hacia la potencia norteamericana, ahora muestra el fortalecimiento sino-ruso.

El resurgimiento ruso

Desde principios del siglo 21 Moscú ha fortalecido su influencia