Intervenir transnacionales para reconstruir Siria


Aunque muchos se nieguen a verlo así, lo que llevó a Donald Trump a la Casa Blanca fue su promesa de derrocar el capitalismo financiero y restaurar el capitalismo productivo. Siguiendo esa lógica, Trump considera que no deben ser los estadounidenses quienes paguen por los daños de la guerra sino las transnacionales que la promovieron. ¿Es conveniente, y posible, esa revolución en materia de relaciones internacionales?

En los «Amigos de Siria» llegaron a contarse 114 Estados que financiaron la destrucción de ese país a través de los yihadistas. Pero ahora, después del fracaso, ninguno de esos países quiere pagar la reconstrucción de la República Árabe Siria. En cambio, no tienen objeciones cuando se trata de apoyar a los Estados que acogen a los refugiados sirios. ¿Por qué? Porque esto último no es un gesto humanitario sino una manera de privar a Siria de sus recursos