AUDIO EKAI Center en SPUTNIK NEWS El creciente prestigio de Rusia provoca más sanciones

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La calaña de las nuevas sanciones impuestas por EEUU a Rusia responde al guion que las originaron: la debilidad del país norteamericano que crece exponencialmente, al tiempo que la fortaleza de la nación euroasiática se hace sentir a distintos niveles. Algunas de las líneas del libreto de turno son una producción original del Reino Unido.

Cómo convertir una noticia falsa en sanciones contra un país y no morir en el intento. Podría ser el título de una película, escrita, producida, realizada y dirigida por el país que dio vida a James Bond. Tanta es la disociación – viéndolo de forma positiva – que las autoridades británicas tienen entre la ficción y la realidad, que habrán pensado: "a ver si es verdad aquello de la 'Licencia para matar'".

Enviado especial desde el número 10 de Downing Street, Jeremy Hunt, actual ministro de Exteriores del Reino Unido, demostró en Washington que no le va tan en zaga a su antecesor Boris Johnson en la calidad de su mensaje. Vestido de arrogante justiciero dueño de la verdad, declaró: 

"El comportamiento agresivo y maligno de Rusia socava el orden internacional que nos mantiene a salvo. Por supuesto que debemos comprometernos con Moscú, pero también debemos ser honestos. La política exterior de Rusia bajo el presidente Putin ha hecho del mundo un lugar más peligroso", soltó sin que se le moviera un pelo, ni que se le quitara la cara de póker. Después de esto, ya nada le 'saca los colores' al funcionario.
El presidente de la Consultora Ekai Center, Adrián Zelaia, opina que quienes hacen este tipo de declaraciones respecto a Rusia, son "personas poco informadas, o personas no muy bien intencionadas. Evidentemente son afirmaciones que resultan cada vez más absurdas. A medida que pasa el tiempo y se va comprobando la falsedad de este tipo de acusaciones que se repiten de forma constante, un día con un pretexto, y otro día, con otro", explica el analista.

No obstante, para Zelaia "sí parece claro que la insistencia en ese tipo de argumentación revela evidentemente un problema de fondo, y un riesgo de fondo, no para los ciudadanos de Europa y de EEUU, ni siquiera para los